«Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad.»
Marco Aurelio
Inspirado en el modelo de newsletter semanal de James Clear autor de Atomic Habits, que llevo tiempo leyendo, he construido este post 3-2-1 Digitalízate o desaparece.
La idea me ha parecido muy original, y consiste en, a partir de un tema, compartir: tres reflexiones mías, dos citas inspiradoras de terceros y hacer una pregunta para la reflexión de todos.
En esta primera ocasión, si lo valoráis positivamente lo utilizaremos más veces, el tema será, como no, la transformación de las organizaciones en la era digital.
3 reflexiones mías
La actitud es el primer paso para la transformación de las organizaciones
A estas alturas creo que no hay ninguna duda, que la actitud está siendo la clave del éxito de las compañías que están triunfando en la nueva economía.
Una actitud que lleva a la acción desde el entendimiento del nuevo contexto que se está definiendo con la evolución del comportamiento de los consumidores, las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, las amenazas e ideas de los nuevos competidores o las nuevas capacidades necesarias para abordar con éxito los nuevos tiempos.
Como decimos en “Digitalízate o desaparece” la tecnología es necesaria, pero somos las personas las que realmente provocamos el cambio.
El propósito de la compañía se ha convertido en la verdadera guía e inspiración para la transformación. Un propósito significativo, inspirador positivo, ambicioso y transformador.
Como dice Sherry Hakimi (Fast Company), “una organización sin propósito gestiona personas y recursos, mientras que una organización con propósito los moviliza” … y la movilización es un elemento indispensable para el progreso y la transformación.
El statu quo es una “bacteria” muy resistente al cambio
El cambio que se tiene que producir en las empresas es un cambio profundo, un cambio global que afecta a todas las dimensiones de la organización, empezando por la cultura.
De hecho, la cultura y la gestión del cambio (y no el presupuesto o falta de recursos) siempre aparecen como los primeros desafíos en la ejecución de la estrategia de las empresas.
La transformación que necesitan las organizaciones exige romper con rutinas, procesos y normas, planteando nuevos roles, nuevas formas de trabajar y nuevos modelos de relación con los clientes.
Gestionar (eliminar) la resistencia al cambio se ha convertido en el gran reto de los dirigentes de muchas compañías.
La tecnología es la gran aliada para el cambio y el crecimiento
La pandemia ha sido un claro ejemplo del valor de la tecnología.
Durante el confinamiento, ha permitido a muchos negocios mantener su actividad, nos ha permitido comunicarnos, comprar, compartir, … y hasta celebrar nuestros cumpleaños.
En el ámbito de la transformación, las nuevas tecnologías sitúan a las empresas (de cualquier tamaño) en otra dimensión:
- Simplifica y agiliza los procesos empresariales
- Amplía, exponencialmente, su mercado
- Potencia la gestión proactiva de clientes
- Permite trabajar (y vender) en cualquier lugar, con cualquier dispositivo y en tiempo real
- Facilita las alianzas y el trabajo colaborativo
- Mejora la seguridad
- Optimiza los costes
2 citas que inspiran
“Solamente los que arriesgan llegar demasiado lejos, son los que descubren hasta dónde pueden llegar.” Thomas Stearns Eliot
“De vez en cuando vale la pena salirse del camino, sumergirse en un bosque. Encontrarás cosas que nunca habías visto.” Alexander Graham Bel
1 reflexión para todos
¿Has adquirido el hábito del aprendizaje continuo?
Los beneficios parecen evidentes:
- Mantiene activa la mente
- Potencia la carrera profesional
- Mejora las capacidades de adaptación al cambio
- Genera nuevas ideas
El reto de aprender algo nuevo todos los días.
En un mundo de cambios continuos como el actual, el aprendizaje continuo se ha convertido en un factor crítico de supervivencia en todos los ámbitos.
Muy de acuerdo con Adolfo: la actitud, desarticular el status quo y adoptar tecnología.
Las más difíciles son las dos primeras porque la tecnología se puede comprar, alquilar, copiar…
La actitud nos debiera conducir reflexionar para implantar el diseño y arquitectura que la organización necesita, a la vez de vivificar una determinada cultura. No todo tiene que ser nuevo, ni disfrazado para que lo parezca. Cualquier empresa tiene valor para conservar. Tiene que ser una transformación auténtica y con los cambios precisos para adecuarse al mundo. Eso lleva un tiempo y es la suma de paso a paso y con un propósito sincero.
El status quo insiste en mantener las mismas reglas de juego. Con él se hace difícil innovar. En las empresas grandes hay maneras de soslayarlo creando equipos paralelos, autónomos para trabajar en proyectos y nuevas oportunidades y medidos con mentalidad de capital de inversión. De todas maneras es el reto: ¿cómo desarticular al status quo inteligentemente y que llevamos todos dentro en cierta medida? ¿cómo renacer? ¿Cómo sacarnos hábitos que los tenemos enraizados desde siempre?
Muchas gracias Adolfo por tus siempre sugerentes entradas de todas las semanas.
Cada vez tengo más claro que un proceso de transformación tiene que plantearse de la forma más radical posible, pensando en como actuaría el mercado, como actuaria un competidor que quiere ocupar tu posición. Eso te dará ritmo de gestión y te permitirá acoplarte a la velocidad del vigente de cambio económico y social.
Adicionalmente, los modelos de gobierno son esenciales. Veo muy difícil que una única estructura organizativa pueda gestionar con éxito un proyecto de transformación y, además, de gestión ordinaria del negocio (al nivel que exigen los inversores actuales). Una estructura organizacional orientada a la transformación tiene que gestionar los intangibles como nadie, tiene que exprirmir el talento como nadie, y eso lamentablemente no puede depender de como evoluciona el negocio ordinario, si no que tiene que depender de como evolucionan tus competidores.
¿Cómo de relevantes son los agentes de cambio en este contexto? ¿Cuánto estamos dispuestos a invertir?
Antonio gracias por participar en el blog.
¿Has dado en el clavo en la pregunta? ¿Que partida del presupuesto de Transformación digital se dedica a la gestión del cambio?
José, gracias por participar en el blog.
Incluso te diría, en un contexto de buscar el «océano azul» que olvidándote de tus competidores y buscando nuevos horizontes.
Ferrán, gracias por participar en el blog.
Normalmente no se le presta mucha atención a los cambios en los procesos, que si lo pensamos bien, son en definitiva con los que se ejecutan los cambios.