“El mayor peligro en tiempos de turbulencia no es la turbulencia, sino actuar con la lógica del pasado”
Peter Drucker
¿De qué tienen que preocuparse los nuevos líderes? fue el sugerente título de la mesa de debate organizada por The Valley Business and Tech School en la que tuve el privilegio de compartir ideas y reflexiones con Ana Gobernado de IBM, Miguel Venegas de Valorian, Remedios Orrantia de Vodafone y Juan Luis Moreno de The Valley.
Sin duda, una oportunidad excepcional para intercambiar perspectivas y definir las prioridades clave de los nuevos líderes.
- Generar ingresos con impacto y propósito
Los nuevos líderes (en realidad todos los líderes) no solo deben enfocarse en la rentabilidad, sino en cómo generar valor real para clientes, empleados y la sociedad. Esto implica modelos de negocio sostenibles, innovadores y alineados con un propósito claro.
No todos los ingresos son iguales. Unos generan valor para el entorno y fomentan relaciones sostenibles a largo plazo, mientras otros, aunque legales, pueden basarse en prácticas que erosionan la confianza o comprometen el bienestar de clientes, empleados y la sociedad en su conjunto.
- Fomentar una dinámica de aprendizaje continuo
El mundo cambia a una velocidad sin precedentes como consecuencia de la transformación digital, la inteligencia artificial y las nuevas formas de trabajo. Para mantenerse competitivos, los líderes deben adoptar una mentalidad de aprendizaje continuo y transmitirla a sus equipos. Esto significa no solo adquirir nuevos conocimientos técnicos, sino también desarrollar habilidades de adaptación, pensamiento crítico y resolución de problemas.
La formación no debe verse como una partida de gasto, sino como una inversión que fortalece la capacidad de innovación y la mejora continua dentro de la organización.
- Tomar decisiones valientes ante la incertidumbre
El liderazgo implica asumir riesgos y actuar con determinación en un mundo impredecible, en el que no siempre se tiene toda la información. La valentía no significa ausencia de miedo, sino la capacidad de tomar decisiones estratégicas con información imperfecta y sin perder de vista los valores fundamentales.
Los líderes que se atreven a innovar y a desafiar al statu quo, son lo que marcan la diferencia y posicionan a sus organizaciones en la vanguardia del cambio.
- Liderar con autenticidad y coherencia
Las personas siguen a líderes genuinos, aquellos que alinean sus palabras con sus acciones. La autenticidad refuerza la confianza y la credibilidad, fundamentales para construir equipos sólidos y organizaciones sostenibles.
Alinear los valores de la organización con los hábitos de sus empleados es unos de los grandes retos del liderazgo actual, en el que los resultados a corto plazo, ponen en riesgo permanentemente los principios de las empresas.
- Ser el ejemplo de los valores que se promueven
Más que dar órdenes, el liderazgo efectivo se basa en la inspiración. Los nuevos líderes deben personificar los valores que desean ver en su organización, demostrando con hechos, lo que esperan de su equipo.
No basta con comunicar principios y valores, es necesario inspirar con hechos concretos. La coherencia entre el discurso y la acción refuerza la cultura corporativa y motiva a los equipos a seguir el mismo camino.
- Impulsar la diversidad y la sostenibilidad de forma genuina
No se trata de cumplir con métricas superficiales, sino de integrar la diversidad y la sostenibilidad en la estrategia empresarial. Un equipo diverso es más innovador, y un modelo sostenible garantiza el éxito a largo plazo, tanto para la empresa como para su entorno.
Sostenibilidad y diversidad, en su sentido más amplio, ya no son una opción, sino una necesidad, por lo que los líderes deben asegurarse de que sus empresas contribuyan a un futuro más equitativo y sostenible, estableciendo prácticas responsables que generen impacto positivo en el medio ambiente y en la comunidad.
- Desarrollar una cultura de colaboración y confianza
El liderazgo del futuro no es individualista, sino colectivo. En un mundo hiperconectado, la capacidad de trabajar en equipo y de construir relaciones de confianza es clara para el éxito. Desarrollar una cultura donde la colaboración y la confianza sean la base, promueve organizaciones más ágiles, creativas y comprometidas con los objetivos comunes.
Un debate con la sala llena y una participación activa en el turno de preguntas, reflejando no solo el interés por el tema, sino también la vigencia —a pesar de quienes intentan minimizarla— de los encuentros presenciales.
Mis felicitaciones a The Valley por la organización y a mis colegas de mesa por sus reflexiones y gran contribución al debate.
Excelentes aportaciones Adolfo, sin duda que son vigentes y, sobre todo, atemorales.
Muchas gracias Felipe.