“El éxito en los negocios se mide no solo por el crecimiento y los resultados financieros, sino también por el impacto que tenemos en las personas que tocamos”
Howard Schultz
El pasado 10 de octubre tuve el privilegio de presentar “El valor de la autenticidad” en un escenario único: el showroom de Adolfo Domínguez en Madrid. La presentación la hicimos mediante un diálogo entre Adriana Domínguez y yo, en el que exploramos algunos de los temas del libro, como la importancia del propósito en las organizaciones, la brecha entre valores y hábitos, el cortoplacismo y sus efectos sobre la autenticidad o la relevancia de los valores en las empresas familiares.
Tres valores de alto impacto
Durante la conversación, Adriana nos compartió los principales valores de su Grupo: Excelencia, Creatividad y Amabilidad. Los dos primeros, Excelencia y Creatividad, son términos comunes en los listados de valores de muchas empresas, pero fue el tercer valor, la amabilidad, el que realmente captó mi atención.
La amabilidad, un valor a menudo subestimado en el ámbito empresarial, revela una visión profunda de las relaciones humanas dentro de la organización y su impacto tanto en la cultura interna, como en las interacciones externas
Este enfoque va más allá de la simple cortesía: habla de una ética de cuidado y respeto que fortalece la autenticidad en la empresa.
En un mundo que frecuentemente prioriza la competitividad a ultranza, la inclusión de la amabilidad como un valor esencial refuerza la idea de que ser auténtico no solo es un asunto de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, sino también de cómo se trata a los demás en ese proceso.
Desde el primer contacto que tuve con Adriana y su equipo para proponerles la redacción del prólogo del libro, noté algo no demasiado habitual y que en un primer momento situé en el terreno de la colaboración (que lo es), pero después de oír a Adriana entendí que se trataba de amabilidad, se trata de uno de sus valores que lo han convertido en un hábito de Adolfo Domínguez. Un buen ejemplo de empresa auténtica.
Las claves de la amabilidad en la empresa
Cuando hablamos de amabilidad en el ámbito empresarial, nos referimos a:
- Construcción de relaciones basadas en el respeto
La amabilidad fomenta relaciones sólidas y de confianza, tanto con los empleados como con los clientes. Es un pilar para crear un ambiente donde las personas se sientan valoradas y respetadas, lo que aumenta la fidelidad y el compromiso. - Generación de un entorno de trabajo positivo
Un ambiente laboral amable reduce la tensión y el estrés, promoviendo una cultura donde la colaboración y el apoyo mutuo son prioritarios. Los empleados que se sienten respetados y apoyados tienden a ser más productivos y satisfechos. - Mejora de la experiencia del cliente
En las interacciones con los clientes, la amabilidad es clave para crear experiencias positivas. Un enfoque amable y empático puede marcar la diferencia en la percepción del servicio, generando lealtad y recomendaciones. - Fortalecimiento de la cultura organizacional
Las empresas que valoran la amabilidad promueven una cultura organizacional más inclusiva y cohesionada. Los empleados son más propensos a trabajar en equipo y enfrentar los desafíos juntos, lo que contribuye al éxito colectivo. - Resolución de conflictos de manera constructiva
En lugar de escalar los conflictos o generar tensiones, la amabilidad permite abordarlos con empatía y respeto. Esto facilita la resolución de problemas de manera justa y eficiente, manteniendo un ambiente de trabajo saludable.
Definitivamente, se trata de aspectos positivos de alto impacto, tanto en el bienestar organizacional como en los resultados empresariales. Iniciar el viaje hacia la recuperación de la amabilidad —que en muchos casos parece haberse perdido— no es solo una cuestión de ética, sino una estrategia que genera valor tangible.
En un mundo empresarial en continua transformación y cada vez más competitivo, la amabilidad no es solo un acto de cortesía, es un diferenciador estratégico que merece ser encontrado y cultivado.
Querido Adolfo, no puedo estar más de acuerdo. A lo largo de mi experiencia profesional, ha sido uno de los valores que más me han ayudado en la gestión de personas que, estaremos de acuerdo, es de los aspectos más difíciles del management por no decir el que más. Además, la amabilidad, no requiere inversiones, costes, reuniones para decidir nada….. Es sencillamente aplicar la lógica del «dar ejemplo» y tratar a los demás como quieres que te traten a ti en cualquier aspecto de la vida, bien sea profesional o personal. En el mundo que vivimos en continua transformación, hacer las cosas con buenas maneras (lo que no significa que vivamos en los mundos de Yuri), aporta un valor diferencial. Gracias como siempre por tus reflexiones.
Querido Manuel, como bien dices, En todos los tiempos, pero especialmente en esta época de transformación constante, tratar a los demás con respeto y empatía marca una gran diferencia, tanto en lo personal como en lo profesional. Y como bien dices, no requiere más que dar el ejemplo y aplicar principios que son universales. Como siempre muchas gracias por participar en el blog y por reflexiones.