“El fracaso no es lo opuesto del éxito, es parte de él”
Arianna Huffington

… el problema es no intentarlo o no levantarse tras la caída.

Antes de fundar el imperio de entretenimiento que lleva su nombre, Walt Disney fue despedido por el periódico Kansas City Star por «falta de imaginación» y sufrió varios fracasos empresariales. Sin embargo, perseveró y eventualmente su estudio creó personajes icónicos y parques temáticos que han deleitado a generaciones.

Edison se enfrentó miles de fracasos antes de inventar la bombilla eléctrica funcional. A menudo se cita su famosa línea: «No he fracasado. He encontrado 10.000 maneras que no funcionan».

Soichiro Honda fue rechazado por Toyota para un puesto de ingeniero, lo que lo llevó a fundar su propia empresa.

Tres conocidos ejemplos que ponen de manifiesto que el problema no es el fracaso, sino la actitud (la negativa actitud) con la que muchas veces lo afrontamos.

Del dicho al hecho

Que los errores son imprescindibles en el proceso creativo e innovador es una especie de mantra que todos los lideres “modernos” llevan en su discurso, pero que en la realidad cotidiana de sus organizaciones, no se visualiza como una de sus prácticas y a menudo, esta discrepancia entre el discurso y la acción revela una resistencia cultural a la aceptación del error como parte del progreso. 

En un entorno ideal, los errores deberían ser vistos como oportunidades de aprendizaje, donde cada fallo proporciona insights valiosos para la mejora continua.  Sin embargo, en muchas organizaciones se tiende a penalizar estos errores, lo que inhibe la experimentación y la innovación.

El momento crítico

Fracasé. ¿Qué hago ahora?

La reacción en este instante es lo realmente relevante. Es el momento que determinará todo lo que sucederá después. Es el punto de inflexión que te puede llevar al crecimiento o a la rendición.

El fracaso como aprendizaje 

“De fracaso en fracaso hasta la victoria final” decía Churchill.

El fracaso lo podemos reconocer como una experiencia universal, pero las reacciones ante él varían sensiblemente y tiene que ver con la personalidad, la educación e incluso con las costumbres de las distintas civilizaciones o culturas. Así nos encontramos con países como EE. UU., Israel o los países escandinavos con una actitud positiva ante el fracaso y otros, como Japón, India y me atrevería a decir España, en los que el fracaso tiene una connotación bastante negativa.

No obstante, es evidente que una aproximación positiva, que huye de verlo como un callejón sin salida y lo sitúa como un punto de inflexión, para el análisis y la reflexión es la postura correcta. Momentos en los que nos haremos preguntas como: ¿Qué puedo aprender de esta experiencia? ¿Cómo puedo crecer a partir de este revés? 

Esta mentalidad transforma los errores en lecciones valiosas. En lugar de evitar el fracaso a toda costa, se le abraza como una parte integral del proceso de crecimiento.

Construyendo sobre el fracaso

El verdadero mérito no radica simplemente en aprender de los fracasos, sino en implementar efectivamente esas lecciones, al estilo de Edison. Esto puede abarcar desde realizar ajustes menores en un proyecto hasta una transformación radical de la estrategia empresarial o la reinvención de una idea. Las personas y organizaciones exitosas se distinguen por su habilidad, no solo para aceptar el fracaso como un componente esencial del aprendizaje, sino también por su proactividad al aplicar los conocimientos adquiridos. Siguiendo el ejemplo de Edison, quien consideraba cada fracaso como un avance hacia la solución final, estas entidades utilizan los errores como impulsores del cambio y la innovación.

La clave del éxito, por lo tanto, no se encuentra simplemente en la resistencia al fracaso, sino en la capacidad de transformar cada contratiempo en una oportunidad para el crecimiento y el progreso continuo. 

Siete claves para afrontar los fracasos en el ámbito profesional

  • Mentalidad de crecimiento, significa ver los fracasos como oportunidades para aprender y mejorar, en lugar de como reflejos negativos de tus habilidades o valor.
  • Análisis y reflexión, implica evaluar tanto los factores internos como externos que contribuyeron al resultado y reflexionar sobre cómo se pueden mejorar en el futuro.
  • Resiliencia y Perseverancia, para recuperarse de los reveses, superar los obstáculos y no rendirse ante los desafíos.
  • Innovación y Adaptabilidad, el fracaso a menudo requiere un cambio de enfoque o estrategia. Ser innovador y adaptable permite ajustar los planes y experimentar con nuevas ideas para encontrar soluciones efectivas.
  • Gestión del Riesgo, aprender de los fracasos, puede ayudar a identificar y mitigar riesgos futuros, evitando errores repetidos.
  • Comunicación Abierta, mantener una comunicación abierta y honesta dentro de la organización sobre los fracasos ayuda a crear una cultura donde los errores se ven como parte del proceso de aprendizaje y no como tabúes.
  • Atención bienestar emocional, conlleva reconocer el impacto emocional del fracaso y cuidar el bienestar personal y del equipo.

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2 comentarios de “Fracasar no es el problema…

  1. LUIS MIGUEL INGLES VALLEJO dice:

    Hay cosas que lees a primera hora de la mañana y que no te aportan nada, por ejemplo, las noticias del día anterior. No tenemos poder para influir sobre lo sucedido, yo diría que tampoco para lo venidero.

    Pero hoy, justo hoy, esto es lo primero que he leído y me ha servido, tanto que he cambiado mi agenda y planes de hoy. Gracias Adolfo por compartir tus reflexiones y buenos días.

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