“Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir tus valores”

Dalai Lama

En un mundo empresarial en constante evolución, marcado por el cambio de tendencias y la irrupción de tecnologías exponenciales, existen afortunadamente, ciertos principios y valores que mantienen su relevancia y vigencia a lo largo del tiempo con independencia de la contundencia o disrupción de los cambios. Unos principios de negocios atemporales que no solo resisten el paso de modelos y estrategias, sino que también se elevan por encima de las fluctuaciones de tendencias y avances tecnológicos.

Incluso, más allá de mantener su importancia, resultan fundamentales para dar sentido y dirección a las nuevas ideas y paradigmas. En una era donde la innovación y la disrupción son la norma, estos principios actúan como brújula moral y ética, asegurando que el progreso y la innovación se realicen de manera responsable y sostenible.

Por lo tanto, su comprensión y aplicación son esenciales no solo para la supervivencia y éxito de las compañías, sino también para garantizar que el progreso tecnológico y las innovaciones se alineen con un enfoque ético y sostenible.

Son estos principios los que aseguran que el progreso no sea solo un avance tecnológico y económico, sino también un avance hacia un futuro empresarial más responsable y equitativo.

Los siete principios a los que me refiero son:

Integridad y responsabilidad ética

La integridad y la responsabilidad ética desempeñan un papel vital en la construcción y el mantenimiento de la confianza de los clientes y del mercado en general. Estos principios van más allá de simples políticas o estrategias; son fundamentos esenciales que definen el carácter y la cultura de una organización.

La integridad implica ser honesto, transparente y coherente en todas las acciones y decisiones. Significa hacer lo correcto incluso cuando no es la opción más fácil o rentable. 

La responsabilidad ética, por su parte, se refiere a la obligación de actuar en beneficio no solo de la empresa, sino también de sus empleados, clientes, la sociedad y el medio ambiente. Este principio exige considerar las consecuencias a largo plazo de las decisiones empresariales y esforzarse por un impacto positivo.

En la era de la inteligencia artificial, estos principios adquieren una relevancia aún mayor. La IA presenta desafíos éticos únicos, especialmente en cuanto a privacidad, sesgo y transparencia. Esto significa ser transparentes sobre cómo se utilizan los datos, asegurarse de que los algoritmos no sean sesgados y considerar las implicaciones éticas de la automatización y la toma de decisiones asistida por la IA.

Liderazgo. Visión estratégica y ejecución

Seguramente, sea el principio que este sufriendo una mayor metamorfosis en su aplicación práctica, derivada de las nuevas tendencias, tanto empresariales como sociales, no obstante, lo que permanece inalterable (o al menos debería) son lo valores fundamentales que subyacen como la integridad, la empatía, la responsabilidad, la innovación o el compromiso con la excelencia. 

Además de estos valores intrínsecos, lo que se mantiene constante en el liderazgo es su capacidad para definir y comunicar la estrategia y los objetivos. Un líder efectivo no solo establece la dirección, sino que también empodera y facilita la acción, animando a los miembros del equipo a contribuir plenamente y avanzar hacia los objetivos comunes. 

La capacidad de motivar y habilitar a otros es tan importante hoy como siempre lo ha sido, independientemente de los cambios en el entorno empresarial o las nuevas tecnologías emergentes.

Enfoque en el cliente

Un principio esencialmente atemporal, aunque para muchas empresas aún se encuentra situado en el ámbito teórico, sin una implementación efectiva en la práctica y continúan aferrándose a sus rutinas centradas en el producto, en lugar de integrar plenamente este principio en su estrategia y operaciones diarias.

Como estamos viendo, el cambio de producto a cliente no está resultando sencillo y mucho menos inmediato. Pero ese es el camino (como diría The Mandalorian).

La aplicación del principio como es evidente, después de años intentándolo, no se conseguirá exclusivamente con mensajes físicos (discursos y letreros en las paredes) o digitales (intranet), por muy de arriba que vengan. La adopción requiere de un proceso de transformación cultural (son muchos años con el foco en el producto) y operativo (hay que cambiar los procesos y sistema de incentivos).

Los clientes, tal como mencionamos en «Digitalízate o desaparece«, están hoy más conectados e informados que nunca, lo que les otorga una especie de «superpoderes». Estas capacidades les permiten comprender, comparar, compartir y comprar en tiempo real, transformando radicalmente la manera en que interactúan con las marcas y toman sus decisiones de compra.

Un nuevo escenario (quizás ya no tan nuevo) en el que los datos se han convertido en un activo estratégico, que permite a las compañías entender mejor las necesidades y expectativas de los clientes.

Un principio que, por otra parte, tiene una métrica tan elemental como valiosa: clientes que recomiendan la marca.

En definitiva, aunque no hay duda que la orientación al cliente es un principio atemporal, su implementación efectiva sigue siendo un reto para muchas empresas.

Hasta aquí los tres primeros. Dejo para la próxima semana los otros cuatro, lo cuál os da la oportunidad de compartir cuáles serían lo principios de negocio atemporales que completarían esta lista inicial. 

 

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2 comentarios de “Siete principios atemporales de los negocios / 1

  1. Daniel dice:

    Buenos días Adolfo y a todos,
    Es uno de los mejores post que he leído últimamente, y he leído bastante, refleja una esencia real del escenario que estamos viviendo. Hay un verdadero reto social, una, diría, refundación de los valores de siempre y una digitalización que nos está llevando al número y al dato, que me parece por otro lado de libro, pero nos está alejando del individuo como ser, como persona, como sentimiento. Es una enfermedad con tantas variantes y cepas que parece incontrolable sino fundamentamos la ética, la forma y el fondo.

  2. Adolfo Ramírez Morales dice:

    Gracias Daniel. Lo que comentas, con lo que no puedo estar más de acuerdo, lo recoge de forma excepcional la cita de Dalai Lama “Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir tus valores”.

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