La Tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la codicia de cada hombre

Mahatma Gandhi

¿Quién ha esquivado la tentación la pasada semana? El Black Friday, es una tradición de ventas masivas importada de Estados Unidos, que se ha convertido en un fenómeno global. Con descuentos irresistibles y campañas de marketing omnipresentes, esta jornada (convertida en semana) simboliza la cumbre del consumismo. 

Todos a favor del consumo consciente… pero con periodos de descanso

Sin embargo, detrás de esa atractiva fachada de ahorro y oportunidad, el Black Friday revela una faceta un poco más oscura, especialmente cuando lo consideramos en el contexto de marcas que proyectan insistentemente una imagen de sostenibilidad. 

Una sostenibilidad, que por lo menos en la semana negra, pasa a un segundo plano. Como diría Peter Drucker, la cultura (consumo) se desayuna todas las mañanas a la estrategia (sostenibilidad).

Esta inconsistencia entre la ética declarada y las prácticas reales genera (o debería generarlo) un conflicto en la era del consumo consciente que todos defendemos.

Muchas marcas en su discurso abogan por la responsabilidad ambiental y el consumo consciente. Sin embargo, al llegar el Black Friday, estas mismas marcas se sumergen en una frenética carrera de descuentos y promociones, que se aleja de algunos de sus principios.

Impactos negativos del Black Friday

Sin tratar de ser exhaustivos, algunos impactos negativos de esta “locura” consumista son:

  • Consumo excesivo: potencial adquisición de productos no necesarios, contribuyendo al desperdicio y al uso innecesario de recursos.
  • Residuos: la demanda masiva de productos impulsa una producción acelerada, a menudo sin considerar prácticas poco sostenibles.
  • Impacto ambiental: motivado por el incremento del transporte de mercancías.
  • Presión sobre los trabajadores: materializado en horarios excesivos, tensiones en los repartos, etc.
  • Compras no éticas: la urgencia por encontrar “chollos” puede llevar a los consumidores a ignorar aspectos éticos como las condiciones laborales en las fábricas o el origen sostenible de los productos. Aspectos que durante 49 semanas (quito también las dos de rebajas) son, en muchos casos tenidos en cuenta a la hora de nuestras compras.
  • Programación obsoleta: esta práctica además de concentrar muchos de los aspectos negativos mencionados anteriormente, atenta contra la ética del mercado, pues implica, que algunas empresas pueden aprovechar el Black Friday para vender productos con obsolescencia programada, fomentando un ciclo de consumo y descarte rápido.

Ecoalf lanza una campaña en contra del Black Friday

¡Según recoge Reason, la marca fabricante de moda sostenible ha lanzado una campaña con el lema “Add to [cart] Earth!” (“Añade al [carro] planeta”), en el que la palabra cart aparece tachada. Con este mensaje, Ecoalf se posiciona en contra del mensaje de exaltación del consumo que traslada la conocida fecha promocional.

La marca señala ha comunicado que no participa en el Black Friday, al que considera “una campaña promocional que genera desperdicio» y en su lugar «quiere mostrar a los usuarios el impacto que sus hábitos tienen en el planeta para cambiarlos”.

El ideal del consumo consciente

Analizando ideas y reflexiones para confeccionar este artículo, he leído en más de un lugar que estamos en la era del consumo consciente.

Sin embargo, la realidad nos muestra que estamos lejos de alcanzarlo, pues a pesar que cada vez hay más conciencia (por lo menos esa es mi impresión) sobre la importancia de consumir de manera responsable, las prácticas cotidianas de muchas personas y empresas no reflejan aún este ideal.

Por un lado, empresas promueven activamente la sostenibilidad y el consumo consciente tanto en sus valores como en sus mensajes publicitarios, pero sus acciones no siempre están alienadas con sus manifestaciones.

Por otro lado, los consumidores, aunque cada vez estamos más informados sobre las consecuencias de nuestras decisiones, muchas veces cedemos (¡somo humanos!) ante las tentaciones de descuentos y promociones, olvidando temporalmente los principios del consumo responsable. 

La realidad es que la facilidad y la comodidad de la compra online, combinadas con estrategias de marketing cada vez más personalizas y persuasivas, hacen que sea difícil resistir la tentación de comprar más de lo necesario. Porque ésta es la clave, no se trata de desaprovechar oportunidades lícitas, se trata de no realizar compras innecesarias o a marcas con procesos poco éticos, aunque lo hagan coyunturalmente.

La era del consumo consciente que, a pesar de mi optimismo todavía no vislumbro, necesita para ser una realidad un esfuerzo mayor de todos los implicados (empresas, consumidores, gobiernos, asociaciones, etc.). ¡Total nada!

En definitiva, le haga gracia a nuestro planeta o no, creo que tenemos Black Friday Week para rato.

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5 comentarios de “Black Friday: Un viernes negro, pero muy negro

  1. Ignacio Babé dice:

    Muy atinada reflexión, Adolfo, tanto como la campaña de Ecoalf. Todos podemos contribuir, y debemos, a mejorar el mundo, a través de la sostenibilidad (medioambiente, sociedad y buen gobierno), pero a nivel individual nos refugiamos en que lo hagan las empresas, y éstas, en muchas ocasiones, en que lo hagan los gobiernos, que a su vez nos lo trasladan a los ciudadanos / consumidores / usuarios. Pero cuando hablamos de sostenibilidad ponemos mucho énfasis en el medio ambiente y poco en la ética y los valores para hacer contribuciones reales a la sociedad y al mundo. Y debemos empezar a pensar si nuestros valores están alineados con los fines de la sostenibilidad, incluida la económica, y, luego, exigerselo a las empresas. Lo de los gobiernos lo dejamos para una siguiente ronda de pensamiento.

  2. Adolfo dice:

    Totalmente de acuerdo contigo Ignacio, el cambio tendrá que empezar por nosotros con un cambio de comportamiento y a partir de ahí seguramente empiecen a cambiar las marcas. La facilidad de compra, uno de los grandes beneficios de la digitalización, se puede estar convirtiendo, en uno de los grandes riesgos para nuestro planeta y no solo en temas de medio ambiente.

  3. Maria dice:

    Estoy de acuerdo en que cada vez estamos más informados y las empresas parece que quieren impulsar la sostenibilidad, pero a la hora de la verdad no tengo claro cuánto estamos dispuestos a dejar de ganar, dejar de hacer o a cambiar para lograrlo. Una cosa es lo que decimos y otra lo que hacemos.

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