“Brevedad en el estilo, precisión en el pensamiento, decisión en la vida”

Victor Hugo

La ley de la alternativa excluida dice que hacer una cosa significa dejar de hacer otra, y todo parece indicar que comprender su significado marca la diferencia entre ser una persona que vive su vida o ser una persona que se deja llevar por las circunstancias y los acontecimientos que ocurren a su alrededor.

Lo que en el ámbito empresarial, significaría una empresa que desarrolla su propósito o por el contrario se deja llevar por el libre albedrio.

Brian Tracy en Metas de Brian Tracy afirma que “los triunfadores, los que están muy bien pagados, no suelen ser más inteligentes ni hábiles que quienes no tiene éxito y ganan poco. La principal diferencia entre ellos es que los triunfadores siempre trabajan en tareas con un alto valor. Y los que no tienen éxito siempre matan el tiempo en tareas de valor bajo”.

Es obvio, pero no olvidemos que hacer una cosa significa dejar de hacer otra y muchas veces, resulta más importante (y difícil) decidir lo que no vamos a hacer que lo que finalmente decidimos hacer.

Por cierto, no hacer también es una decisión. ¡Siempre se decide! Continuamente estamos tomamos decisiones.

Una breve referencia al tiempo

El tiempo es el recurso más limitado y valioso con el que contamos, y a la vez, el recurso más equitativamente distribuido entre todos.

Es el activo más escaso ya que no se puede comprar, ni encontrar tiempo adicional. Más aún, ni siquiera sabemos cuánto tiempo tenemos a nuestra disposición.

Es indudable, que la forma en que gestionamos nuestro tiempo, en función de las decisiones que tomemos de como invertirlo, determinará nuestro crecimiento y la consecución o no, de los objetivos que nos hayamos marcado.

Transformación y la ley de la alternativa excluida

Actualmente, como hemos comentado en este blog, en más de una ocasión, muchas empresas se están viendo atrapadas por la urgencia del corto plazo. Este enfoque en los resultados inmediatos, si bien puede ofrecer recompensas tangibles, tiene el peligro de eliminar de las decisiones opciones valiosas que podrían ser importantes para el futuro. 

En tiempos de transformación profunda, como los que vivimos, descartar alternativas de valor puede ser especialmente perjudicial. La visión limitada al presente puede comprometer el éxito a largo plazo.

En este contexto, la falta de diálogo o lo que es lo mismo una comunicación cerrada o inexistente puede conducir directamente a la exclusión de alternativas valiosas. La diversidad de opiniones y perspectivas es fundamental para enriquecer el proceso de toma de decisiones, especialmente en tiempos de cambio.

Además, el statu quo juega un papel relevante en relación a la mencionada ley. Con su fundamento de que este es el estado actual de las cosas, tiene una fuerte tendencia a resistir el cambio. El statu quo, por su naturaleza, suele excluir de manera previa cualquier alternativa que desafíe o cuestione el orden establecido. Podríamos decir que conduce a la organización a una especie de autocensura en la elección de alternativas.

En el proceso de transformación (realmente en cualquier proceso), es esencial dejar la prepotencia y el ego a un lado y tener una visión amplia que nos permita considerar todas las alternativas posibles. 

El liderazgo debe ser capaz de ver más allá del corto plazo, promover el diálogo y desafiar el statu quo para asegurar un cambio verdaderamente efectivo y beneficioso para la organización en el futuro. Clic para tuitear

 

Como cierre os comparto una cita inspiradora de Robert h. Schuller:

“Nunca cortes un árbol en el invierno. Nunca tomes una decisión negativa en los momentos sombríos. Nunca tomes tus decisiones más importantes cuando estás de mal humor. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. La primavera llegará.”

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2 comentarios de “La ley de la alternativa excluida y la transformación

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