“La seguridad es buena para las aceras y las piscinas, pero la vida requiere riesgos si queremos llegar a algún lado.

Simon Sinek

En mayo del 2021 publique una pequeña referencia del libro de Simon Sinek, el Juego infinito. Un trabajo que me parece fundamental para entender muchas de las situaciones que se viven actualmente en los procesos de transformación de las organizaciones.

Releyendo mis apuntes sobre el libro, para un trabajo que estoy preparando, han vuelto a aparecer algunas ideas claves sobre las que me parece que vale la pena reflexionar, pues adoptar una u otra mentalidad tanto a título individual como a nivel empresarial (resultado de la mentalidad del equipo directivo) tiene un impacto decisivo en el futuro de las personas y las organizaciones.

Juegos finitos e infinitos

“Los juegos finitos, según James P. Carse (autor del influyente libro Finite and Infinite Games) tienen jugadores conocidos, reglas fijas y un final claro. Los ganadores y perdedores son fácilmente identificables, tal como ocurre en un juego de futbol o en una partida de ajedrez.”.

En cambio, en los juegos infinitos, explica Sinek, como los negocios, la política o la vida misma, los jugadores vienen y van, las reglas cambian y no hay un final cierto. En los juegos infinitos no hay ganadores ni perdedores.

Mentalidad finita

La mentalidad finita se centra en la idea de que hay una cantidad limitada de recursos, oportunidades y tiempo disponible. Las personas con mentalidad finita tienden a ser competitivas y se enfocan en ganar, superar a los demás y obtener resultados concretos.

Cuando adoptamos una mentalidad finita, solemos tomar decisiones tácticas a corto plazo y el foco está en el próximo período de objetivos.

Es una cultura dominada por una intensa presión para cumplir objetivos trimestrales o anuales, muchos de nuestros líderes valoran a los individuos de rendimiento elevado y prestan poca atención a si los demás miembros del equipo confían en ellos.

¿Qué es mejor para mí? Es pensamiento finito.

Mentalidad infinita

La mentalidad infinita se basa en la idea de que el potencial humano es ilimitado y que las oportunidades son infinitas. Las personas con una mentalidad infinita están enfocadas en crecer, aprender y mejorar continuamente. Clic para tuitear

Al adoptar una mentalidad infinita, solemos tomar decisiones estratégicas y buscar fortalezas a largo plazo para mantenernos en el “juego”.

Los líderes de mentalidad infinita se esfuerzan por mirar más allá de la presión financiera del día y dan prioridad a la gente, antes que al beneficio tanto como pueden.

¿Qué es mejor para nosotros? es un pensamiento infinito.

Los líderes de mentalidad infinita se esfuerzan por mirar más allá de la presión financiera del día y dan prioridad a la gente antes que al beneficio tanto como pueden.

Las empresas con mentalidad infinita, ven el dinero como el combustible que necesitan para continuar persiguiendo su propósito y las decisiones éticas no se basan en lo que es mejor a corto plazo, sino en “hacer lo correcto”.

La transformación solo es posible en una mentalidad infinita

La mentalidad finita, fuerza la doble agenda en las organizaciones: la agenda del CEO, con visión cortoplacista de resultados (y de su bonus) y la agenda de la empresa, que se tendría que transformar y podría implicar algún sacrificio en los resultados a corto, con el objetivo de garantizar su futuro.

En este contexto, la transformación sólo podrá producirse en organizaciones con un equipo directivo que desarrolle una mentalidad infinita, porque la transformación implica salir de la zona de confort y de los resultados más o menos seguros a corto.

Los procesos de transformación necesitan de un liderazgo valiente, pues adoptar una mentalidad infinita en un mundo dominado por lo finito puede llegar a costar a un líder su puesto de trabajo.

La realidad es que la presión a la que estamos sometidos todos hoy en día para mantener una mentalidad finita es abrumadora.

Henry Ford, lo sintetizó muy bien cuando dijo que “Un negocio que solamente gana dinero es un negocio pobre”.

Una reflexión que me viene a la cabeza y que dejo para el debate.

 

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3 comentarios de “Mentalidad Infinita vs Mentalidad Finita en los procesos de transformación

  1. Manuel López dice:

    No puedo menos que suscribir tu razonamiento. El problema es que la gasolina necesaria a veces nunca es suficiente no para el líder sino para el accionista.

  2. RAUL JIMENEZ FERNANDEZ dice:

    Reflexión muy interesante. Tal y como lo planteas, parece que la mentalidad infinita es la correcta y debe ser dominante. Y estoy de acuerdo. Pero como.en tantos asuntos, debe existir un cierto equilibrio. Sin un espacio para la mentalidad finita, probablemente no haya recorrido para el desarrollo de la mentalidad infinita

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