“La mayoría de las personas equiparan la disciplina a la ausencia de libertad. «El deber acaba con la espontaneidad», «en el deber no hay libertad», «quiero hacer lo que quiera. Eso, y no el deber, es libertad». En realidad, ocurre todo lo contrario. Sólo las personas disciplinadas son realmente libres. Las indisciplinadas son esclavas de los cambios de humor, de los apetitos y las pasiones”.

Stephen Covey

 

Tengo la impresión, que hoy hablar de disciplina genera una primera reacción negativa entre los oyentes. (espero que en este caso no sea así y sigáis con el post).

Parece como si fuera un término obsoleto y de uso poco adecuado en la era digital.

No obstante, es evidente que la disciplina es fundamental para cualquier organización que aspire a tener éxito en su gestión e incluso podemos identificar siete ámbitos en los que aplicarla resulta determinante.

7 disciplinas que impulsan a las organizaciones.

Disciplina en la planificación

Una planificación empresarial exitosa cuenta con hitos y metas que involucra a todas las áreas de la organización. Seguramente, el primer paso es, precisamente, tener disciplina en la definición de esa planificación.

Disciplina, aunque algunos lo pretendan, no es sinónimo de rigidez y falta de flexibilidad. Disciplina y flexibilidad se muestran como dos elementos compatibles, la primera sistematiza la acción, la segunda la adapta a la mejor opción del momento.

La disciplina de situar al cliente en el centro

Las compañías excelentes siguen un principio importante, que han convertido en una auténtica disciplina, están “cerca” del cliente. Clic para tuitear

Están obsesionadas, de forma sistemática, con ofrecer al cliente calidad, seguridad, servicios y nuevas experiencias.

Estar cerca del cliente significa escuchar activamente al cliente e incorporar en la estrategia aquellos elementos que se consideren de valor.

Estar cerca del cliente, implica diseñar los productos y servicios desde el cliente, es decir “de fuera hacia adentro” y no al revés, como ocurre en muchas compañías que definen su oferta de valor desde el gran “conocimiento” corporativo.

La disciplina de trabajar con calidad

En busca de la excelencia” que diría Tom Peters.

El “vale, no está mal” es una rutina muy peligrosa que va en contra de la cultura de excelencia que prácticamente tienen todas las compañías en su Misión.

Las organizaciones que consiguen instaurar esta disciplina en todos sus niveles son empresas que realmente sitúan el servicio al cliente como su gran prioridad y están pendientes de los pequeños detalles para generarles una experiencia extraordinaria.

“Hagas lo que hagas hazlo bien… hazlo tan bien, que cuando la gente te vea hacerlo, querrá volver y verte hacerlo de nuevo, y querrá traer a otros y mostrarles lo bien que haces lo que haces” Walt Disney Clic para tuitear

Disciplina en la comunicación

Como venimos defendiendo este blog, la comunicación debe ser:

  • Sistemática, no solo cuando interese a la dirección
  • Transparente, tanto en el contenido como en la claridad de los mensajes
  • Bidireccional, fomentando la participación

Una comunicación que permita a todo el personal entender la estrategia, y le facilite tanto el desarrollo de sus funciones y responsabilidades como la adopción de los cambios.

La comunicación es una de las partes fundamentales de la disciplina empresarial, sin ella es imposible que se mantenga procesos efectivos dentro de la compañía.

Disciplina en la colaboración

Me parece muy interesante que las organizaciones den un paso adelante y consideren la colaboración como una disciplina, y no tan solo como un valor del que se hace escaso seguimiento y permite organizaciones fragmentadas en silos.

Incorporarla en este nivel, significa un impulso (y también un seguimiento) por parte del equipo directivo, que desde su propia actuación predicando con el ejemplo, fomentará y diseñará estructuras organizativas que lo faciliten.

En no pocas ocasiones te encuentras con modelos organizativos demasiados complejos y “personalizados” en los que, a pesar de las buenas palabras e intenciones, es prácticamente imposible que se desarrolle una colaboración eficaz.

Disciplina en la innovación

En un contexto como el actual, de cambio continuo, la capacidad de innovar es una de las principales ventajas competitivas de las empresas.

Una innovación que no puede ser como el Guadiana, apareciendo o desapareciendo en función de necesidades puntuales o de profesionales más o menos creativos.

La innovación tiene que ser un elemento clave de la estrategia que desarrolle un modelo que asigne recursos, presupuesto y métricas que impulsen y sistematice la generación de ideas con aportación de valor a la compañía.

Disciplina en la ejecución

Las estadísticas siguen sin mejorar y se mantiene ese 70% de fracasos en las fases de ejecución de los proyectos y procesos de transformación.

Como venimos comentando en este blog los motivos son consecuencia de la falta de planificación, seguimiento insuficiente y dudas en la toma de decisiones.

Hemos revisado siete disciplinas que seguramente no sean un gran descubrimiento, pero una vez más su aplicación, y no solo su reflejo en misiones y estrategias es lo que marcará la diferencia real entre las organizaciones de éxito y el resto.

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4 comentarios de “En busca de la disciplina perdida

  1. Jose Manuel Ramos dice:

    Totalmente de acuerdo, Adolfo. Podemos hablar de como distribuirlas o nombrarlas de forma diferente, pero la esencia es la misma: conseguir equipos cohesionados, con vocación de servicio, en constante evolución y adaptación para lo que necesitan colaborar y, como no, comunicarse x3.
    Muchas organizaciones están trabajando todo ello pero de forma aislada y como si fueran disciplinas aisladas, cuando todas se relacionan y no se puede profundizar en una de ellas sin integrar al resto. Empezando con las personas de mayor responsabilidad que deben tener esa visión más integral y completa que facilite que el resto de las áreas se especialicen.

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