“Cualquier empresa diseñada para el éxito en el siglo XX está condenada a fracasar en el siglo XXI”
Salim Ismail
El modelo de crecimiento basado en la destrucción creativa, desarrollado por el economista austriaco Joseph Schumpeter en la década de 1940, resulta una aproximación muy interesante para entender muchos de los cambios que se están produciendo en la era actual.
El pensamiento de Schumpeter
Schumpeter estudió cómo el capital se trasladaba a través del tiempo desde los sectores menos rentables hacia aquellos con mejores perspectivas.
Para el economista, la desaparición de una empresa es, lógicamente, una tragedia para quienes están directamente vinculados a ella. Sin embargo, los cierres son parte esencial de la dinámica del capitalismo y tienen un lado positivo.
Schumpeter sostuvo que los factores de producción utilizados en compañías ineficientes no brindan la máxima rentabilidad posible.
De esta forma, cuando una empresa o modelo de negocio cae por obsolescencia, sus recursos son liberados hacia otras actividades donde generan mayores ganancias.
«El viento perenne de destrucción creativa describe el proceso de mutación industrial que constantemente revoluciona la estructura económica desde adentro, destruyendo incesantemente la antigua, creando persistentemente una nueva» Joseph Schumpeter
Los fundamentos de la destrucción creativa
El modelo se basa en tres ideas fundamentales:
- La innovación y difusión del conocimiento están en el corazón del proceso de crecimiento.
- La innovación se ve incentivada por las perspectivas de ingresos derivados de los resultados de la innovación.
- Las nuevas innovaciones hacen obsoletas las innovaciones previas: destrucción creativa.
Un modelo muy interesante, que me imagino que muchos de vosotros conoceréis y que explica un gran número de los nuevos modelos de negocio que están apareciendo en el contexto de la revolución digital.
La economía y la sociedad cambian cuando los factores de producción se combinan de una manera innovadora.
La “destrucción creativa” es la innovación que actualiza, y por tanto destruye, innovaciones anteriores.
El poder de la destrucción creativa
En “El poder de la destrucción creativa” de Philippe Aghion, Céline Antonin y Simon Bunel, desarrollan ampliamente este concepto, desde la consideración de un nuevo paradigma y su impacto en la realidad, hasta los retos de los Estados, pasando por un interesante bloque sobre los enigmas del crecimiento.
La destrucción creativa en la realidad
Lo importante, como se documenta en citado libro, es que la destrucción creativa no es solamente un concepto es una realidad tangible y medible con indicadores como: el número de patentes registradas, el ciclo de vida de las nuevas firmas o el promedio de las tasas de creación y destrucción de empresas.
Correlación positiva entre crecimiento del PIB per cápita y patentes
Algunos enigmas del crecimiento
El paradigma de la destrucción creativa ayuda a explicar una cantidad de enigmas que pertenecen al crecimiento, como:
La transición del estancamiento al crecimiento
El milagro del despegue está vinculado a múltiples factores, cuya combinación dio lugar a un aumento sin precedentes de acumulación de riqueza a partir del siglo XIX.
La revolución industrial sirvió para ilustrar tres principios fundamentales de la destrucción creativa:
- La innovación acumulativa es una fuerza motriz del crecimiento
- Las instituciones son cruciales (derechos de propiedad, estímulo a la innovación, etc.).
- La competencia es necesaria para luchar contra las barreras de entrada establecidas por las empresas y gobiernos.
Competencia y crecimiento
Es el enigma del estancamiento de la productividad.
Sabemos que la productividad de los factores creció y luego fue a menos. La explicación más convincente tiene que ver con la revolución informática. Pensemos por ejemplo en Amazon o Google crecen gracias a la informática, pero invaden los demás sectores gracias a sus adquisiciones.
Esto, por un lado, se puede convertir en un elemento disuasorio para la innovación de otras empresas pequeñas, pero a la vez puede ser un incentivo para la innovación.
En cualquier caso, impulsar la competitividad (y por lo tanto la innovación) y evitar posiciones dominantes (algo que actualmente no se está consiguiendo), es ahora más que nunca una prioridad económica, porque es evidente que la competencia estimula la innovación y el crecimiento.
La trampa del ingreso medio
Se refiere a países que empiezan a crecer mucho, pero luego dejan de crecer, como Argentina, Corea del Sur o Japón, países que adoptaron políticas favorecedoras del crecimiento mediante la acumulación de capital y la convergencia económica, pero que fracasaron a la hora de adaptar las instituciones para pasar a una economía de innovación.
Los lobbies (en su día innovadores) desarrollaron barreras de entrada a la nueva innovación.
El estancamiento secular
El estancamiento secular ocurre cuando en una economía de mercado no hay crecimiento, o es insignificante durante un período que se percibe como prolongado.
Como venimos comentando, el paradigma schumpeteriano sitúa la destrucción creativa como un elemento impulsor del crecimiento.
En primer lugar, la revolución de la TIC mejoró de forma fundamental y permanente la producción de nuevas ideas. En segundo lugar, el proceso de globalización, contemporáneo a la ola de las TIC, incrementó de manera sustancial la retribución potencial de la innovación (efecto escala) y, al mismo tiempo, el coste potencial de no innovar (efecto competencia).
Por lo tanto, en las décadas recientes la innovación se estuvo acelerando tanto en cantidad, como en calidad.
Desigualdad e innovación
La innovación tiene virtudes que las otras fuentes de enriquecimiento de los países no tienen. En las economías desarrolladas la innovación es un motor del crecimiento.
La innovación genera movilidad social, permite al nuevo talento entrar en el mercado y desplazar, parcial o totalmente, a las empresas ya existentes (que no tienen la innovación como uno de sus valores estratégicos).
Casos de destrucción creativa
Comparto un par de cuadros que reflejan con bastante precisión el modelo que estamos comentado.
La disrupción digital ha provocado una dinámica de innovación continua en los modelos de negocio que incluso convierte en obsoletas algunas de las ideas más innovadoras de la pasada década.
¿Os animáis a comentar vuestras reflexiones sobre este modelo?
Querido Adolfo, comparto el enfoque de este artículo y permite que me apoye también en una referencia que hace Guido Stein en su libro «Decisión y Acción» dada la similitud con el término «imitación creativa» concepto que no es innovación en el sentido estricto de la palabra. Es el imitador quien aun no creando el servicio ni el producto , es quien lo perfecciona y lo ubica, el «imitador creativo» ve las innovaciones desde el punto de vista del cliente. Es lo que en esta nota denomina «innovación acumulativa» como fuerza motriz del crecimiento. Un abrazo como siempre