“El secreto del éxito desde una perspectiva empresarial es tener una incansable, eterna e inextinguible sed de información y conocimiento”

Paul Tudor Jones, empresario

Este año cumpliré 15 años dedicado directamente al mundo de la inversión alternativa en pymes, tanto deuda como capital. Durante este tiempo se ha producido un gran incremento en el volumen de inversión alternativa en pymes, así como el nacimiento de múltiples productos nuevos de inversión o financiación.

Si bien el proceso y la forma de interactuar con las empresas ha tenido una evolución limitada en todo este tiempo. Creo sinceramente que esta tendencia cambiará en los próximos años debido a tres factores relacionados entre ellos y que están acelerando el cambio, no solo en la forma de interactuar con las pymes, sino en las propias dinámicas competitivas en el sector.

En particular:

La creciente demanda de servicios de valor añadido

Tras casi una década de bajos tipos de interés, la necesidad de aportar una propuesta de valor más allá del dinero es obvia tanto para financiadores como para inversores de capital. La financiación alternativa se ha impuesto a la bancaria en distintos casos de uso donde se requiere flexibilidad, agilidad o un conocimiento específico sectorial.

En estos casos, los clientes están dispuestos incluso a afrontar un coste más elevado por un servicio concreto. De igual modo, los inversores de capital se están especializando y compitiendo en su capacidad de aportar e incrementar el valor de las empresas.

En cierto modo, el haber llevado al límite los precios de la deuda (históricamente bajos) y del capital (con valoraciones históricamente altas), ha provocado que las empresas demandantes de estos servicios se pregunten, ¿Qué más me puedes ofrecer al margen del dinero? Es un recordatorio claro y creciente de que las finanzas es un sector de servicios.

 

La irrupción del mundo de los datos y la inteligencia de mercado como el servicio de valor añadido más relevante

Hasta este momento, los servicios de valor añadido ofrecidos por los financiadores e inversores alternativos se han centrado en la aportación de un conocimiento a las empresas basado en la experiencia.
No hemos llegado a una irrupción masiva de los datos que genere una auténtica asimetría de información y permita aportar un servicio diferencial. Esto se ha debido a la dificultad de conseguir el volumen de datos públicos y privados necesario para tener un conocimiento fiable de las dinámicas sectoriales.

Adicionalmente, la ausencia de esta información ha limitado la inversión en algoritmos y sistemas que interpreten los datos y los hagan accionables. La irrupción de la conectividad en las empresas y el big data ha eliminado esta barrera recientemente.

Desde hace unos años, ya es técnicamente viable el generar un sistema de inteligencia de mercado que de una visión detallada de la economía y superior a cualquier conocimiento basado en la experiencia individual.

Estos modelos permitirán a través del control de al menos seis fuentes de datos (contabilidad, macroeconomía, webs/noticias, impuestos, transacciones y comercio) aportar un conocimiento diferencial a las pymes, financiadores e inversores que cambiará la forma de interactuar y competir.

 

La necesidad de encontrar un equilibrio en los sistemas de inteligencia de mercado a nivel competitivo y social

En los próximos 2 a 3 años se desarrollarán los sistemas de inteligencia de mercado como respuesta a la necesidad creciente de servicios de valor añadido en el ámbito de las finanzas.

Con el tiempo, se tenderá a la existencia de un único servicio que aportará información a todos los financiadores, inversores y empresas.

Todos los negocios de datos tienden a la generación de monopolios. Es fundamental que estos servicios, aun dentro de esta dinámica de concentración, se desarrollen de manera responsable. El potencial de aportar valor de estos sistemas es inmenso, ya que permitirían entre otras cuestiones de gran importancia, la monitorización de las grandes intervenciones económicas del estado, la planificación a largo plazo de la economía o el incremento sustancial de la liquidez y la oferta de financiación e inversión a pymes.

 

En este sentido, y aunque el origen de los sistemas sea una evolución natural del valor aportado por las finanzas, las implicaciones sociales excederán al ámbito financiero.

El desarrollo de los sistemas de inteligencia de mercado es una gran oportunidad para las pymes, para los inversores alternativos y para la economía.

En los próximos 5 años veremos muchos más cambios que en los últimos 15 años en el mundo de la inversión.

Como toda gran oportunidad, puede suponer una amenaza de no tener un control regulado y transparente de los datos. La capacidad que tenemos de aportar valor a futuro está muy vinculada al debate social de los datos abiertos y a conseguir un equilibrio en Europa que permita competir de forma sostenible y responsable con otras geografías mucho más avanzadas que nosotros en el tratamiento de la información como USA o China.

 

Borja Oyarzabal

CEO Tresmares Capital

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