Os comparto algunas ideas de la entrevista que he realizado para el Grupo Promecal, sobre el impacto de la digitalización en la actual crisis.
“Para poner a prueba la realidad, hemos de verla en la cuerda floja. Cuando las verdades se hacen acróbatas podemos juzgarlas.”
Oscar Wilde
¿Cómo han quedado las empresas tras la crisis del coronavirus?
Es imposible describir una situación general, pues el sector, el tamaño y su situación previa a la pandemia, van a resultar determinantes en la nueva era post-covid 19. No obstante, algunas características aparecen como un común denominador:
- El propósito se ha convertido en un elemento clave para las empresas y las que no se comprometan con la sostenibilidad, por muy bien que desarrollen su negocio, tendrán serios problemas para mantenerse en el mercado.
- En especial, las grandes empresas se cuestionarán su estrategia de cómo y dónde producen, considerando no solo aspectos como el coste, sino también los sociales, medioambientales y de negocio. Podríamos decir que las empresas se han dado cuenta del riesgo que supone sumar dependencia y lejanía.
- Lo digital se impondrá por defecto, por lo que las empresas, grandes o pequeñas se tendrán que preparar para un nuevo consumidor mucho más digital y exigente.
- En general, tendrán que eliminar lastre y acabar con el status quo, que es otra clase de virus que viene impidiendo la transformación de un buen número de organizaciones. Aquellas que continúen manteniendo obsoletos modelos de gestión seguramente desaparecerán. En la crisis han quedado al descubierto: niveles de dirección improductivos, informes obsoletos o viajes y reuniones innecesarios. Ahora, más que nunca, el foco estará en la eficiencia, la productividad, la agilidad y el «time to market».
Se ha visto que las empresas más digitalizadas han podido teletrabajar y seguir con sus proyectos de una forma más o menos moderada. ¿Se va a extender y normalizar a partir de ahora el teletrabajo?
Sin duda, el teletrabajo está siendo, en el ámbito laboral, el gran protagonista de esta pandemia, y está marcando un antes y un después en su adopción por parte de muchas organizaciones, que hasta ahora, aun teniendo la opción, lo habían ignorado, por motivos, en muchos casos mal entendidos de productividad o seguridad.
Según el INE, en la Encuesta sobre Innovación en las Empresas del año 2018, solo 1 de cada 5 empresas españolas fueron innovadoras. En aspectos como el teletrabajo, en España, según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sólo el 7,5% de los trabajadores disfrutan de esta ventaja que ofrece la tecnología. Seguro que estos datos se duplicarán con facilidad en los próximos meses.
No obstante, es importante entender que teletrabajar no es hacer videoconferencias o trabajar de forma aislada, sino que lleva implícito un modelo que desarrolla aspectos como el puesto de trabajo, la productividad, la toma de decisiones, la seguridad, el seguimiento, etc.
El teletrabajo ha llegado para quedarse. Las relaciones en remoto, tanto laborales como comerciales, se volverán cada vez más habituales y definirán nuevos modelos de relación y gestión.
¿Considera usted que la digitalización va a marcar a partir de ahora un camino de mayor progreso en la economía española?
Espero que sí.
Creo que tanto las Administraciones como las empresas se han dado cuenta del potencial de las nuevas tecnologías. Era algo evidente, pero en muchos casos, la gestión del día a día ha venido impidiendo su despliegue y, por lo tanto, su aprovechamiento.
No ha sido el mejor camino para aprender, pero no hay vuelta atrás y el proceso de aceleración va a ser imparable.
Ahora el reto está en alinear esa aceleración con las verdaderas necesidades de los ciudadanos y empresas, tanto a nivel público como privado para que se produzca el progreso de nuestra economía que todos deseamos y, de esta forma, poder acortar el proceso de recuperación económica.
¿Qué es más importante ahora para el país, formación o financiación para aplicar las nuevas tecnologías?
Nuevas tecnologías y formación son un binomio inseparable. Las tecnologías son necesarias para evolucionar e innovar, pero siempre somos las personas las que hacemos realidad esta evolución o esa innovación.
Es un tema muy importante porque muchas organizaciones tanto públicas como privadas asignan importantes presupuestos para mejorar su tecnología, pero se olvidan del aspecto más importante: el talento necesario (imprescindible) para obtener el máximo aprovechamiento y rentabilidad de esa inversión realidad.
Enlaces: misma entrevista en las distintas publicaciones.
- El Diario de Burgos
- La tribuna de Albacete
- El diario de Ávila
- La tribuna de Toledo
- La Tribuna de Ciudad Real
- El dia de Valladolid
- La tribuna de Cuenca
- El dia de Segovia
Muy de acuerdo con todo lo que puntualizas. Sin talento, motivación, y alineación con la misión de la organización va ser imposible rentabilizar la inversión en tecnología. Tienen que ser formación transformadora y tecnología. El binomio es insparable.
Gracias Adolfo, un placer leerte.
Marta gracias por participar y por tus reflexiones.