Procure tener claras las prioridades y mantenga al día la lista de urgencias”.

Lee Iacocca

“Estamos preocupados. Llevamos invertidos 12 millones de euros en tecnología, en nuestro plan de transformación y no ha pasado nada”, me comentaba hace unos días el directivo de una empresa de tamaño medio. “¿Y qué esperáis que ocurra?” Le pregunté. ¡Su cara se estremeció!

Es una obviedad, pero muchas veces nos olvidamos qué difícilmente se van a producir los cambios necesarios en las organizaciones si previamente no hemos realizado un ejercicio de estrategia y planificación.

El riesgo de precipitarnos y equivocarnos por las bondades de alguna nueva tecnología vendida con entusiasmo por algún proveedor, sin tener claro su encaje en la estrategia es muy elevado. Ir más rápido “sin cabeza” tiene todas las papeletas para tener las consecuencias contrarias a las esperadas: sobrecoste, desánimo de los equipos, impacto negativo en clientes, etc.

Como se describe en “Digitalízate o desaparece” y venimos defendiendo en este blog, empezar los planes y la inversión por la tecnología sin tener claro el propósito, la estrategia y el plan de ejecución es, sin ninguna duda, empezar la casa por el tejado y, consecuentemente, cometer un importante error directivo.

La tecnología soluciona situaciones muy problemáticas, pero desde luego lo que no soluciona es la falta de estrategia.

En este contexto de transformación podríamos decir que las nuevas tecnologías están jugando un doble papel muy importante.

Por un lado, están siendo las detonantes de los importantes cambios que se están produciendo en todos los ámbitos (sociales, económicos, políticos, etc.) y, por otro lado, se están convirtiendo en un elemento facilitador de estos cambios.

La hoja de ruta de la transformación de las organizaciones en esta era digital parece clara y parte de un propósito ilusionante y significativo que atraiga tanto a clientes como al talento, que inspire una estrategia que sitúe al cliente en el centro de la actividad, con un plan que evolucione las dimensiones clave de la organización y una tecnología que actúe como facilitadora e impulsora de la transformación.

Un ejemplo ilustrativo puede ser la implantación de Big Data en la compañía.

Son muchas las organizaciones que, desde las nuevas tecnologías y las posibilidades que ofrecen las herramientas del ámbito de Big Data están construyendo sus enfoques y estrategias con la consiguiente falta de visión de negocio … aunque no se reconozca.

Abordar este proyecto, en el contexto del Plan de Transformación de la organización implica una serie cuestiones muy relevantes:

  • Situar realmente al cliente en el centro de la estrategia y la actividad.                      
  • Considerar el dato como un activo estratégico de la empresa y al servicio del cliente y no de algunos departamentos.
  • Planificar y desarrollar el proyecto considerando su impacto en:
    • Organización. Desarrollando un ecosistema colaborativo y considerando la necesidad de un centro de excelencia.
    • Personas. Comunicando la verdadera dimensión del cambio (una nueva forma de enfocar la gestión con los clientes), formando e incorporando las capacidades internas y externas necesarias.
    • Tecnología. Incorporando, ahora sí, las herramientas más modernas y adecuadas al nuevo modelo. Asegurando despliegue de entornos, arquitectura, operativa y seguridad.
    • Datos. Definiendo con claridad su “gobierno” y estrategia de aprovisionamiento.
    • Analítica. Desarrollando casos de uso en todos los ámbitos de la organización. Democratizando el dato.

Como vemos, mucho más que tecnología.

Parece clara la diferencia entre comprar tecnología sin estrategia para ser modernos e invertir en tecnología para dar sentido y potenciar la estrategia y la experiencia de nuestros clientes.

¡No empecemos la casa por el tejado! Es un riesgo innecesario.

Debate propuesto: ¿Alguna casa empezada por el tejado?

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2 comentarios de “La tentación de empezar la casa por el tejado

  1. Jaime Cuesta dice:

    Completamente de acuerdo salvo que caigamos en la parálisis por el análisis. Hay que ser valiente en probar y pilotar cosas, asumiendo por el camino que vendrán errores y replanteamientos en la construcción de la estrategia. No basta con el trabajo de laboratorio.

    • Adolfo Ramirez dice:

      Jaime, gracias por participar, creo que lo importante es realizar esas pruebas alineadas con la estrategía y no probar por probar.

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