“Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”

Winston Churchill

En tiempos de evolución y cambios continuos, en los que los comportamientos de los clientes y las transformaciones de modelos de negocio son permanentes, rescatar y sistematizar una herramienta como el DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) es la mejor manera de anticiparse tanto a los problemas como a las ventajas que ofrecen movimientos en los mercados.

Realmente, si contamos con la información necesaria, es un trabajo para el que no necesitamos invertir un tiempo excesivo y nos puede dar una visión de la situación de la compañía. Y lo que es más importante, si lo hacemos de forma periódica (por ejemplo, una vez al año) nos puede informar de la evolución de los distintos indicadores estratégicos.

Una buena práctica que he observado últimamente en algunas empresas es realizarlo de forma colaborativa. De esta manera participan distintas visiones de la organización y es lo que se podría denominar como un DAFO colaborativo. Esto a su vez, se convierte en una magnifica experiencia para los que participan, dado que probablemente nunca antes lo hayan hecho y apoya los procesos de transformación.

Cada sector y cada empresa tendrán su DAFO específico. No obstante, en este contexto de disrupción digital hay una serie de factores, como veíamos en Digitalízate o desaparece, que pueden considerarse comunes.

En esta línea, siguiendo el planteamiento del libro, agrupamos en un solo bloque los factores de origen interno: “Debilidades y Fortalezas”. Su posicionamiento en uno o en otro lado vendrá fijado por la situación de cada organización.

Debilidades / Fortalezas:

  • Capacidad directiva.
  • Compromiso del personal.
  • Capacidad de aprendizaje y transformación.
  • Plataforma tecnológica.
  • Modelo de innovación.
  • Imagen de marca.
  • Organización flexible y colaborativa.
  • Eficiencia.
  • Tolerancia al riesgo.
  • Fidelidad de los clientes.

Amenazas:

  • Entrada de nuevos competidores.
  • Incremento de productos sustitutivos.
  • Regulación.
  • Ralentización del mercado.
  • Cambio en el comportamiento de los consumidores.
  • Incremento del conocimiento de los clientes y de su poder de negociación.
  • Eliminación de barreras de entrada.
  • Cambios sociodemográficos no previstos.
  • Cambios de paradigmas tecnológicos.
  • Ciberataques.

Oportunidades:

  • Liderar el cambio en el sector.
  • Conocimiento de los clientes (sus deseos y necesidades no atendidas). Situar realmente al cliente en el centro de la estrategia y de la actividad.
  • Entrar en nuevos mercados o segmentos.
  • Ampliar cartera de productos.
  • Avances tecnológicos, logísticos y productivos.
  • Eliminación de barreras de entradas en otros mercados.
  • Pensar en global.
  • Convertir el dato en un activo estratégico.
  • Complacencia de empresas rivales.
  • Atraer talento.
  • Realizar los cambios organizativos y de personas que no se abordan en situaciones de “calma”.

Esta información nos resultará de la máxima utilidad para ajustar, si es necesario, la estrategia y, en consecuencia, el Plan de Transformación.

Posiblemente, en el seno de las organizaciones, habrá resistencias a realizar de forma sistemática este tipo de ejercicios, con comentarios como “otra vez vamos a cambiar la estrategia y el plan”. La respuesta tiene que ser clara y contundente: “tendremos que cambiarlo tantas veces como sea necesario, en la medida que evolucione el mercado, las necesidades y los comportamientos de nuestros clientes”.

Aplicado normalmente en la estrategia de las empresas, su aplicabilidad a nivel individual en el desarrollo profesional parece incuestionable. Creo que merece la pena, una vez al año, una reflexión sobre nuestra estrategia personal, que, en la práctica, vendría a sustituir a los objetivos, un tanto desordenados, que nos planteamos después de las vacaciones de verano y de fin de año.

Hoy los cambios se producen a gran velocidad y no avanzar implica retroceder.

Debate propuesto: ¿Cuáles serían los factores clave del DAFO individual?

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9 comentarios de “Un DAFO al año no hace daño

  1. enrique dice:

    Tambien tuve oportunidad de hablarlo en una reunion directiva en otro contexto. El DAFO como punto de partida contextual para abordar un proceso de innovación abierta. Cada compañía es un mundo con su propio DAFO, y o sabe de donde viene y cómo está organizada o es muy probable que no sepa a donde está yendo. Estamos viendo muchas iniciativas de innovación buscando acuerdos con startups, pero la pregunta es si han gestionado bien sus expectativas respecto de lo que van a aprender u obtener con la idea de adaptar su organización a las nuevas reglas.

  2. Fernando Gómez de Calatrava dice:

    Uffffffff, un DAFO individual para el desarrollo profesional, puede entrar en conflicto con los objetivos y estrategia de tu propia empresa. Lo considero un ejercicio peligroso, que no tengo claro los beneficios.
    En el caso del DAFO empresarial, es una buena herramienta, pero como siempre cuidado con el input de los participantes (y su posible heterogeneidad) porque sigue siendo válido el concepto de «garbage in, garbage out».

  3. Maria Cereceda dice:

    Los factores de un DAFO individual o profesional estarían relacionados con nuestro perfil y el entorno profesional. Es decir, las fortalezas y debilidades harían referencia a nuestro perfil y las oportunidades y amenazas corresponderían al mercado o entorno laboral, en relación a nuestras metas u objetivos profesionales.

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