“La inteligencia es la habilidad de adaptarse al cambio”
Stephen Hawking
Desde su introducción en nuestro país en noviembre de 2022, he sido un usuario activo de ChatGPT. Dada la intensidad del debate en torno a esta tecnología, he considerado interesante compartir mi experiencia e impresiones después de un año de su uso.
Aplicaciones prácticas con la inteligencia artificial generativa
En mi experiencia, he utilizado la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) principalmente para resumir materiales, identificar bibliografía, contrastar y ampliar contenidos, generar imágenes para mi post semana y presentaciones, traducir texto y analizar datos.
De alguna forma, esta tecnología ha transformado mi forma de trabajar. Por ejemplo al resumir texto extenso, la IAG destaca las ideas principales en segundos, ahorrándome horas de lectura. Su capacidad para identificar bibliografía relevante ha enriquecido mis investigaciones, permitiéndome descubrir recursos previamente desconocidos y asegurando que mis análisis sean más exhaustivos y respaldados por la literatura más aplicable y reciente.
La IAG también esta siendo una herramienta de valor para contrastar y expandir mis contenidos. Simplemente al introducir un tema, la IA ofrece información adicional, perspectivas alternativas y datos actualizados, enriqueciendo mis trabajos y presentaciones de manera significativa. Pensemos en cuestiones como la creación o interpretación de gráficos, incluso obteniendo la información directamente de las fuentes.
En cuanto a la generación de imágenes, lo suelo utilizar para el post semana y en algunas presentaciones, incluso en los regalos de Reyes personalice algún regalo con su representación gráfica. Y aunque es verdad que no me suele encajar la primera opción, con dos o tres interacciones se consiguen resultados bastante satisfactorios.
Tanto la traducción de contenidos como el análisis y visualización de datos son otras dos facilidades, especialmente esta última, de gran ayuda desde el punto de vista de productividad y rigor en la información.
La importancia de las preguntas
Es obvio y seguramente innecesario decirlo, pero como he podido comprobar la efectividad de la IAG está intrínsicamente ligada a la calidad de las preguntas formuladas. Las preguntas precisas y bien articuladas conducen a respuestas más acertadas y detalladas.
Aunque existen innumerables consejos en la red y hasta cursos de “ingeniería de prompts” en plataformas como Coursera para ayudar en la formulación de las preguntas, he comprobado que seguir unas reglas básicas genera resultados sorprendentemente valiosos y productivos.:
- Claridad y especificidad en las preguntas
- Proporcionar contexto y ámbito de la consulta
- Usar palabras clave
- Evitar las preguntas abiertas que suelen generar respuestas vagas
- Asignar un rol específico a la IAG, como un experto en un campo determinado o un personaje famoso.
Además, es importante estar preparado para interactuar y reformular las preguntas según las respuestas recibidas.
El peligro del desconocimiento
Depender completamente de la IAG como sustituto de nuestro conocimiento no es buena idea y aunque es una herramienta poderosa para procesar datos y ofrecer insights, carece de nuestra halidad para entender contexto complejos y aplicar juicio crítico.
Un ejemplo reciente:
Necesitaba bibliografía para documentarme sobre sostenibilidad para unos de los capítulos de mi nuevo libro, y como ya es habitual se lo pedí a ChatGPT.
En cuatro libros acertó, pero en uno no, proponiendo “La estrategia del océano azul”. Creo que requiere pocos comentarios.
Las alucinaciones, como se llaman a los fallos o errores de la IAG, deben ser entendidas en su contexto y subrayan la importancia de que los usuarios mantengamos una actitud crítica y evaluativa cuando la utilizamos.
Un asistente incansable
Sin duda significa un cambio de paradigma en como realizamos y planificamos nuestra actividad diaria.
Con la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), las tareas pueden repetirse incesantemente, perfeccionándose con cada iteración, hasta conseguir la respuesta más adecuada y esto, sin el menor signo de frustración o fatiga por parte del “asistente”.
Riesgos a gestionar
El uso ético de la información es un peligro evidente. Además, la dependencia excesiva de la IAG podría llevarnos a un estado de comodidad que podría atrofiar habilidades críticas como el pensamiento crítico, la resolución de problemas o la creatividad.
La confianza excesiva en los resultados automatizados también conlleva el riesgo de no cuestionar o evaluar críticamente las conclusiones proporcionadas.
Conclusión
En general todas las tecnologías, y más aún con la Inteligencia Artificial Generativa debido a su extraordinario potencial, es esencial considerarlas como herramientas que facilitan nuestras tareas, por eso es tan importantes entenderlas a fondo para posteriormente utilizarlas de manera consciente y efectiva.
Sin ninguna duda, en caso de que todavía no hayáis hecho (lo cual me extrañaría), os animo a experimentarlo.
Buenos días Adolfo. ¿cómo puedo empezar a familiarizarme, usar correctamente, sin riesgo de que nadie haga mal uso de mi información personal.. con la IAG ? Recomiendas algún libro, directamente en una web, hay que registrarse y pagar ?
Gracias.
Juan, la mejor forma, es experimentar sin miedo y usando el sentido común. Yo uso ChatGPT, que tiene un versión gratuita y para empezar y familiarizarte es más que suficiente https://chat.openai.com
100% de acuerdo en tu resumen Adolfo, creo que la utilización de la IA como asesor/consultor ya es un hecho tangible que solamente precisa de la práctica y aprendizaje paulatino, casi personal. Creo que a la ventaja tomada por ChatGPT, en cierto tiempo se le unirán otros grandes fabricantes, ya lo está haciendo Microsoft dentro de su navegador con Bing, pero también Apple, Amazon, Google etc. están » a rebufo»
Manuel gracias por participar en el debate, la idea de utilizar la IA como asesor / consultor es muy potente y una realidad que como siempre unos aprovecharan y otros seguirán especulando sobre su potencial utilidad.