“El prejuicio es una carga que confunde el pasado, amenaza el futuro y hace que el presente sea inaccesible”
Maya Angelou
La revista Capital me pidió un artículo para hablar sobre transformación y liderazgo que han publicado con el título “Liderazgo inclusivo y socialmente responsable en la era digital”.
Os comparto algunas de sus ideas.
Daron Acemoglu y James Robinson en “Por qué fracasan los países” llegan a la conclusión de que las instituciones y políticas que los países desarrollan pueden llegar a marcar su estancamiento si son extractivas, o su desarrollo, sin son inclusivas.
Líderes extractivos
Una reflexión de plena aplicación en el contexto empresarial, en el que encontramos líderes extractivos, personas autoritarias, con escasa delegación, acaparadoras de todos los méritos, que no tienen la palabra diversidad en su vocabulario.
Sus actuaciones desembocan en empresas en las que el miedo, la falta de confianza y la presencia de un statu quo trasnochado son parte de su cultura.
Líderes inclusivos
Por el contrario, encontramos líderes inclusivos, que delegan, generan equipos y comparten el éxito.
Profesionales que tienen la capacidad de incluir a personas heterogéneas en la dinámica de la organización, respetando, aceptando y valorando su singularidad, opinión e ideas.
Siete rasgos del liderazgo inclusivo
1. Compromiso, tanto con la compañía para la que trabaja como con su equipo, demuestra confianza en las personas y las ayuda en su desarrollo personal.
Deja a un lado sus intereses personales para priorizar lo que se necesita como grupo. Está comprometido con la diversidad, equidad e inclusión de forma auténtica, porque son prácticas alineadas con sus valores personales.
2. Colaboración, impulsando la conexión entre las personas y las distintas “funciones” de la organización para crear equipo. Comprende que las personas son más colaborativas cuando se sienten seguras y sus opiniones son valoradas.
3. Ética y valores como base de las decisiones y actuaciones, porque no es suficiente con pensarlo y decirlo, la clave está en aplicarlo de forma sistemática. Se ha convertido en un hábito.
4. Empatía, en momentos de cambios como los actuales, en los que las decisiones afectan más directamente a las personas es más importante que nunca ponerse en su lugar y gestionar las situaciones con altos niveles de sensibilidad y transparencia.
5. Genera confianza, es honesto en sus actuaciones y coherente en la gestión, siendo el primero en poner en práctica los nuevos procesos o sistemas. Reconoce su propia vulnerabilidad.
¿Qué futuro tienen las organizaciones en las que sus trabajadores no confían en sus jefes?
6. Integra y valora las diferencias, trata a las personas y grupos de manera justa, basándose en su talento, compromiso y esfuerzo y no en prejuicios y estereotipos.
7. Desarrolla e impulsa la mente de principiante, es curioso, tiene una mentalidad abierta y el deseo de comprender como otros ven y experimentan el mundo.
Es consciente de que vive en la era digital, un mundo de cambios constantes y por ello, impulsa una cultura de aprendizaje e innovación en su organización.
La densidad de líderes de uno u otro tipo (extractivos o inclusivos) está marcando el éxito o fracaso de muchas compañías. Resulta evidente que las empresas, a través del desarrollo de sus propósitos y valores, necesitan generar el ambiente favorable para el crecimiento de profesionales inclusivos dentro de ellas.
Quizás hoy todavía puedes hacer negocio siendo “extractivo”, pero poco a poco te irás convirtiendo en una especie en extinción, pues te irás alejando tanto del talento de valor como de los clientes. Share on X«Una mezcla diversa de voces conduce a mejores discusiones, decisiones y resultados para todos» Sundar Pichai, CEO de Google
Brindo por el concepto de Inclusivo y rescato el sostener ese espíritu de aprendiz como piedra angular que potencia las opciones de percepción, análisis, comprensión y mas adelante ejecución de las decisiones.
Gracias por estas lineas.
Es algo totalmente cierto, que la destrucción creativa es un de los motores a lo largo de la historia que ha conseguido que evolucionemos tecnológicamente e incluso cómo sociedades.
El tema está en que el ser humano suele ser miedoso al cambio por naturaleza, y por ende, el capital, pero el cambio de paradigma para adaptarse a una transformación socio-tecnológica está dejando mucha gente en el camino que no se puede re-enganchar a los nuevos tiempos.
Mas de lo mismo y a lo largo de la historia tenemos muchísimos ejemplos.
Un gran artículo, para reflexionar y debatir largo y tendido.