“Las empresas deben reconectar su éxito con el progreso social. El valor compartido no es responsabilidad social, filantropía o incluso sostenibilidad, sino una nueva forma de lograr el éxito económico. No está al margen de lo que hacen las empresas, sino en el centro. Creemos que puede dar lugar a la próxima gran transformación del pensamiento empresarial ”

Michael Porter

Colaboración de Adolfo Fernandez-Valmayor (Director General de Transformación y Sistemas en Quirónsalud)

El sistema sanitario español se enfrenta a una serie de retos que cuestionan seriamente su sostenibilidad no solo entendida en términos de resultados en salud o de equidad y justicia social, sino también, y fundamentalmente, en el aspecto financiero.

El envejecimiento de la población, la cronificación de las enfermedades, el aumento del coste de la tecnología diagnóstica, los nuevos medicamentos y la aparición de pandemias como la Covid-19 hacen necesario que nos cuestionemos si no existe otra manera de hacer las cosas en sanidad, de forma que podamos obtener mejores resultados, garantizar que podemos seguir pagándolos y, a la vez, generar impacto sostenible en la sociedad y en el planeta.

Ecosistema de salud

¿Cómo debería cambiar el sistema sanitario para conseguir crear un ecosistema de salud en el que profesionales, pacientes y sus familias puedan vivir una vida plena, con dignidad y sin miedo a la enfermedad? Es posible, y necesario, redefinir el modelo asistencial de los hospitales y centros médicos, teniendo en cuenta que nos encontramos en una nueva era digital que incorpora tecnologías capaces de cambiar el mundo de forma exponencial.

Llevamos unos cuantos años viendo como las nuevas tecnologías cambian el mundo, desde nuestros hogares, hasta nuestras empresas, modificando nuestros hábitos de consumo, de comportamiento, sociales y generando un nuevo entorno laboral, donde se ha hecho necesario también el desarrollo de nuevas competencias. Es un gran cambio, que hemos llamado transformación digital, y se ha acelerado enormemente como consecuencia de la pandemia y, sobre todo, ha adquirido ahora una nueva dimensión.

La crisis global nos ha hecho darnos cuenta de la fragilidad del ser humano, de la sociedad y de la importancia que tiene mantener el equilibrio de nuestro entorno y del planeta. Ya no basta con hacer una transformación digital si a esta transformación no le incorporamos también la transformación social y medioambiental. Hoy, la única transformación posible en Sanidad, y probablemente en cualquier sector, es aquella que persiga en simultáneo generar impacto económico, mejorar la satisfacción de los pacientes, generar impacto social y contribuir al cuidado del planeta.

Un desafío para las empresas

Y este proceso de transformación, no puede ser algo que dejemos solo en manos de los gobiernos. Otra de las cosas que nos ha demostrado la pandemia es que las empresas privadas tienen una gran capacidad de influir en la sociedad y de ayudar para resolver problemas. Tenemos la responsabilidad de ayudar en la transformación de nuestra sociedad, porque las empresas son las que mueven la economía de todos los rincones del mundo.

Y, además es claramente una herramienta competitiva. Aquellas compañías que trabajan desde el impacto y la sostenibilidad, tienen ventajas con inversores (a igualdad de riesgo y rentabilidad nadie duda en elegir una empresa con impacto social), con empleados (cada vez más los jóvenes candidatos preguntan por el propósito de la empresa y eligen incorporarse a empresas con un propósito con el que se sientan identificados), pacientes y clientes (existen estadísticas que demuestran una mayor intención de compra sobre marcas comprometidas con la sostenibilidad) y con todos los demás stakeholders.

Cada empresa debe buscar la sostenibilidad en función de la naturaleza de la propia empresa. Algunas tienen un modelo de negocio de impacto interno (directamente la propia empresa es social), otras son capaces de generar impacto a través de su cadena de valor, por último, las hay que son capaces de hacerlo por sus productos o servicios (como es el caso de la mayoría de las empresas del sector sanitario). Lo importante es que nos demos cuenta de la importancia de esta transformación social y el propósito sirva de faro para guiar las decisiones difíciles.

Por lo tanto, si queremos, y si duda debemos, contribuir a la mejora y sostenibilidad de la sociedad y el planeta, empecemos por definir un propósito, un para qué de nuestra existencia que trascienda más allá de fabricar productos o prestar servicios para ganar dinero. Si no lo hacemos, si no completamos la transformación digital con una transformación social, desapareceremos como compañía.

Adolfo Fernandez-Valmayor

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