“Nuestra naturaleza está en la acción. El reposo presagia la muerte”

Séneca

Hoy nadie pone en duda que estamos viviendo un cambio de época, un período de tiempo en el que están cambiando muchos de los paradigmas que hemos tenido como referencia en los últimos años.

Es evidente, como venimos comentado en este blog, que se ha generado una disrupción en los modelos de negocio, un cambio drástico en nuestros comportamientos como consumidores, una transformación en las formas de trabajar en la que aparecen y desaparecen empleos a una velocidad que a veces nos cuesta trabajo asimilar.

Tenemos un gran desafío por delante y no lo vamos a solucionar solo con palabras, por muchas veces que las repitamos o muy alto que las digamos.

Cada vez es más evidente la necesidad de, en todos los ámbitos, pasar a la acción con rapidez y determinación.

Sin pretender ser exhaustivo, algunas medidas parecen bastante claras en cada uno de los niveles:

En el político

  • Impulsando decididamente el ecosistema de innovación y emprendimiento
  • Invirtiendo en I+D
  • Evolucionando (o mejor cambiando radicalmente) el modelo de enseñanza
  • Facilitando y promoviendo la transformación digital de las PYMES
  • Acelerando la regulación de los nuevos modelos de negocio y eliminando barreras burocráticas.
  • Desarrollando políticas de educación y de empleo que ayuden a las personas que les cuesta más adaptarse a las nuevas formas de trabajar.

En el empresarial

  • Entendiendo los cambios que se están produciendo e identificando la gran oportunidad de la digitalización para ser más competitivos y avanzar con garantías hacia el futuro.
  • Evolucionando la estrategia de acuerdo con las nuevas necesidades y expectativas de los consumidores.
  • Definiendo y EJECUTANDO un plan que transforme todas las dimensiones de la organización y la sitúe en condiciones de competir con garantías en la nueva economía.
  • Ayudando a las personas en su proceso de cambio, especialmente en el cultural. Desarrollando el talento interno y atrayendo nuevo talento.
  • Invirtiendo en las tecnologías necesarias para facilitar el proceso de transformación.
  • Impulsando decididamente la innovación y el intraemprendimiento.

Lo curioso en este ámbito empresarial es que es rara la empresa, de cualquier tamaño, que no tiene definido su plan de transformación, apareciendo el problema, precisamente, en su ejecución.

Analizadas estas organizaciones nos encontramos con cuatro barreras: la falta de estrategia (no hay definida una hoja de ruta, ni responsables, ni indicadores), el statu quo (la resistencia al cambio se ha adueñado de la organización), la complacencia (todos confortables en su zona de confort, no se avanza pero tampoco se toman medidas) y los mandos intermedios (que no dedican suficiente tiempo al cambio).

Barreras que limitan la acción en las organizaciones

En el individual, como profesionales también tenemos mucho que hacer y mucha acción a desarrollar con el objetivo de prepararnos para la nueva realidad:

  • Teniendo una actitud positiva hacia el cambio
  • Incorporando el aprendizaje continuo como parte de nuestra actividad
  • Utilizando adecuada y éticamene las nuevas capacidades digitales
  • Siendo creativos e impulsando la innovación.

El desafío, por más tiempo que llevemos hablando de transformación digital, está ahí y cuanto más tiempo tardemos en actuar más gap se va a producir.

Posiblemente en los primeros tiempos (ya hace unos años) era una cuestión de valentía pero hoy es evidente que es una cuestión de supervivencia.

Os puede parecer increíble pero es absolutamente cierto, al finalizar dos de las clases que he impartido últimamente, se me han aproximado un par de asistentes y me han preguntado ¿qué podemos hacer para convencer al CEO de la necesidad del cambio?

Mi respuesta: ¿Tiene pinta de que le quede mucho al CEO? Si la respuesta es si. ¡Cambia de compañía!

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