“¿Por qué esta magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la ida más fácil nos aporta tan poca felicidad? La respuesta es esta: porque aún no hemos aprendido a usarla con tino”
Albert Einstein
Uno de los temas en los que se están centrando los debates en el ámbito de la transformación digital y la Industria 4.0 está siendo, lógicamente, el asociado al impacto de las nuevas tecnologías en los puestos de trabajo. En poco tiempo, incluso en paralelo, podemos pasar de informes apocalípticos en los que la digitalización va a generar una destrucción masiva de puestos de trabajo, a otros como el publicado recientemente en MIT Technology Review en el que afirma que «cada vez hay más puestos de trabajo sin cubrir en la industria 4.0».
Según un informe de Deloitte al que se hace referencia en el artículo, la fabricación avanzada no para de crecer y demandar habilidades especializadas, pero los profesionales disponibles no hacen más que menguar, por lo que la recomendación a las empresas es invertir en formación ahora para no encontrarse sin trabajadores “cualificados” en el 2028.
La consultora atribuye esta brecha a tres razones:
- Al aumento del nivel de habilidades requeridas para los puestos de trabajo de fabricación a medida que se vuelven más automatizados.
- A la pérdida de trabajadores experimentados de la generación de los baby boomers que abandonaran la fuerza laboral.
- A la percepción negativa de la industria manufacturera por parte de los estudiantes y de sus padres.
Me parece una realidad y una aproximación muy interesante que, sin duda, necesita un espacio prioritario en los planes de transformación y estrategia de las empresas. Siendo importantes los tres, el segundo esta empezando a causar problemas en más de una compañía por el escaso conocimiento que se va teniendo en la organización sobre su “legacy” que, no olvidemos que, en muchos casos sigue siendo el “core” de sus transacciones y operaciones con clientes y proveedores. Con otra visión, ha tenido amplia difusión el informe The future of employment realizado por la Universidad de Oxford en el que se afirmaba que “el 47% del empleo total está en situación de alto riesgo, y muchas de sus ocupaciones son susceptibles de ser automatizadas en una o dos décadas”.
La buena noticia, según Michael Osborne uno de los autores del informe, es que «los trabajos que requieren creatividad, inteligencia social y un alto grado de complejidad o destreza no corren gran peligro”. En otro informe reciente, el “Future of Jobs 2018” publicado por el Foro Económico Mundial (WEF), la automatización eliminará 75 millones de empleos para 2025, pero creará 133 millones de nuevas funciones. Entre los que desaparecen están los relacionados con grabación de datos, contabilidad, secretaría administrativa, fábricas y cadenas de montaje o información o servicios al cliente.
Entre los trabajos emergentes destacan los analistas de datos y científicos, especialistas en inteligencia artificial y aprendizaje de máquinas, desarrolladores de software, los profesionales de marketing y los especialistas en nuevas tecnologías. El informe realiza por primera vez una aproximación en cómo humanos y robots se van a repartir las horas trabajadas pasando de un 71% / 29% a un 58% /42%. Los desafíos urgentes incluyen oportunidades de recualificación, permitir el trabajo a distancia y desarrollar redes de seguridad para proteger a los trabajadores y las comunidades de riesgos.
Los aspectos considerados claves en el Foro para el futuro del empleo son:
- “Drivers” del cambio: velocidad de la internet móvil, inteligencia artificial, adopción generalizada del análisis de big data y tecnologías en la nube.
- Acelerar la adopción de las tecnologías
- Tendencias en robotización
- Analizar cambios en la geografía de producción, distribución y cadena de valor
- Cambios en los tipos de trabajo
- Una nueva frontera “hombre-maquina” en las tareas existentes
- Una perspectiva neta positiva para el empleo
- Nuevos roles emergentes
- Inestabilidad en las nuevas habilidades, consecuencia de las tecnologías disruptivas.
- El imperativo de recapacitar a los profesionales.
Es una realidad que la automatización siempre ha destruido puestos de trabajo pero también es una realidad que siempre ha creado otros y de más valor. Como vemos, incluso analizando informes de instituciones del máximo prestigio es difícil, por desconocido, hacer una previsión de hasta dónde van a llegar las máquinas y de cuál va a ser el impacto real de la digitalización en los puestos de trabajo.
Evidentemente, el impacto será diferente según los sectores y profesiones, pero en cualquier caso tanto a nivel individual o empresarial la estrategia, en la que creo que todos estaremos de acuerdo, es la de tener una actitud positiva hacia el cambio e incluir el aprendizaje continuo como parte de nuestra actividad para, de esta forma, ser los primeros en entender y adoptar las tecnologías que sistemáticamente seguirán produciendo la disrupción en los modelos de negocio. Me viene a la mente una reflexión de Victor Frankl: “no podemos decidir las circunstancias, pero si nuestra actitud ante ellas”.
Para debate: ¿Qué impacto neto tendrá la digitalización en el futuro del empleo? ¿Creación o destrucción? ¿Qué opináis?
Probablemente una de las empresas más innovadoras tecnológicamente hablando sea Telefónica… y desde la transformación digital no ha parado de generar empleo… así que el resultado neto será positivo. Eso si, faltan muchos puestos cualificados… existirá un tiempo de adaptación hasta que el mercado esté preparado para ofrecer todos los puestos técnicos que se van a demandar (análisis de datos, estadísticos, lingüistas, socíólogos, ingenieros..)
Adolfo, no tengo dudas, y me avala la historia, que la evolución siempre genera oportunidades y puestos de trabajo. Dicho esto, tendremos que empezar a plantearnos si nuestros «ni – ni», podrán aspirar a algo mas que camareros o dependientes.
Nuestra sociedad y la de los próximos años dará muchas oportunidades a los que estén dispuestos a aprender, aprender y seguir aprendiendo durante toda su vida laboral. Si las encuestas en Andalucía (por poner un ejemplo) nos dicen que un gran porcentaje de la juventud a lo que aspira es a ser funcionario (trabajo de por vida hagas lo que hagas), tenemos un problema.
Además, ya que el saber «si» ocupa lugar, y eso solo lo descubrimos cuando vamos cumpliendo años, tendremos también que «desaprender», cosas que en su día nos valieron pero que han quedado obsoletas y salvo que seas profesor de historia de XXXXX, mejor incorporar a tu conocimiento cosas útiles.
En una de las actividades a las que me dedico ahora (selección de perfiles técnicos), además de constatar diariamente la falta de determinados perfiles muy demandados (y esto abre el debate de si nuestras Universidades y Escuelas de formación profesional están preparando para el futuro a sus alumnos), aquellos técnicos que han renunciado a actualizarse desde hace años, están sufriendo en sus carnes las bajadas (si no la pérdida) de oportunidades y congelaciones salariales.
Cómo siempre, positivo a lo que nos ofrece el futuro, algo mas prudente o preocupado por los mensajes de nuestros dirigentes en cuanto a disminuir las exigencias para que todo el mundo obtenga los mismos resultados independientemente de su esfuerzo y meritocracia.
Se ha publicado, en diferentes medios, que las 7 habilidades humanas que un robot jamás tendrá – y que se consideran imprescindibles en muchos puestos – son: la comunicación; la atención al cliente; la colaboración; la resolución de problemas; la organización; el liderazgo; y la dirección. Si tu trabajo tiene pocos de esos componentes y mucho de tareas repetitivas y mecánicas, es altamente probable que, algún día, un robot absorba todo o parte de tu trabajo. Si tu trabajo se basa, sobre todo, en las 7 habilidades humanas enunciadas es muy improbable que un robot haga tu trabajo. Así que, ¡ánimo con tu transformación personal!
Ignacio, gracias por compartir reflexiones que, sin duda, aclaran el panorama digital
Fernando gracias por compartir tus reflexiones. Animar a los jovenes a formarse y desarrollarse … con independencia de las condiciones externas es un buen objetivo.