“Nada grande se ha hecho en el mundo sin una gran pasión”

Hegel

Como consultor en Human & Digital Transformation muchas empresas me enseñan sus desafiantes planes de transformación digital sin que en ellos aparezca rastro del cambio cultural.

Cuando les pregunto si piensan hacer todo aquello sin contar con sus empleados percibo incomodidad, porque son conocedores de que no existe transformación digital sin que haya transformación humana.

La gran mayoría, después de algunas sesiones, acaban entendiendo el poder del cambio hacia una cultural digital para hacer una compañía mejor y mucho más eficiente. Debemos contar con los mejores empleados para tener una mejor compañía y, para ello, hay que contratar a los mejores y transformar a los que tenemos.

La digitalización y la crisis pospandémica están causando una destrucción masiva de puestos de trabajo.

Los empleos actuales van a sufrir cambios significativos. Al mismo tiempo que esto sucede, muchos perfiles requeridos por las empresas están quedando sin cubrir.

El perfil del trabajador que las empresas necesitan está cambiando, pero también lo está haciendo el perfil de la empresa deseada por la gente con talento.

Hace una década, los jóvenes se hubieran matado por entrar en una multinacional, una empresa de Ibex-35 o una gran compañía.

Hoy en día los jóvenes con talento y competencias avanzadas se lo piensan dos veces antes de aceptar una oferta en tales empresas. Prefieren startups con pocos empleados, pero altos potenciales de crecimiento y jugosas promesas de los inversores.

Hoy las empresas buscan desesperadamente WISE Workers, trabajadores “sabios”, con conocimientos que aporten valor a la compañía, que también es el acrónimo de aquellos empleados que trabajan With Information, Science & Emotions.

Por si fuera poco, la fonética en español nos recuerda a guays, aquellos trabajadores que molan, los que gustan y se gustan. Se caracterizan por dos tipos de competencias.

Por un lado, las competencias digitales, imprescindibles en un mundo globo-digitalizado.

Por otro lado, las competencias emocionales, fundamentales en compañía sometidas a cambio continuo y niveles de exigencias extraordinarios.

Estos nuevos empleados, necesitarán líderes emocionales que les reten y acompañen al futuro ilusionante que han diseñado para la compañía, no exento de dificultades y desafíos, pero con grandes recompensas.

Ese estilo nuevo de liderazgo inspirador y comprometido lo estamos viendo ya en las grandes tecnológicas y en compañías como Amazon o Tesla.

También los entornos de trabajo van a sufrir grandes cambios, con espacios abiertos y flexibles, que recuerden el contacto con la naturaleza y las emociones positivas, permitiendo la interacción con otros miembros de la organización sin barreras.

También se potencian los micro-meeting-spaces que se dispersan por toda la estructura y los drink&food corners como punto de distensión y colaboración. Los common-gardens sirven como actividad sostenible y solidaria, algunos de los cuales incluyen urban-garden de especias aromáticas.

La desaparición del almacenaje analógico y el free-sitting liberarán entre un 10 y un 20% de espacio.

La propia organización de la empresa tendrá una nueva evolución, mucho más allá de las organizaciones AGILE, sobre la base de las organizaciones TEAL propuestas por Frederic Laloux con un propósito evolutivo pero orientadas a equipos autoorganizados con proyectos transversales y muy orientados a los clientes finales.

El modelo final tenderá hacia la Helix-Organization propuesta por McKinsey donde se separa lo que se ha de hacer de cómo se ha de hacer, eliminando las responsabilidades cruzadas y en ocasiones contradictorias.

Una línea desarrolla a las personas y sus capacidades, define los estándares y la forma de trabajar para alcanzar la excelencia. La otra línea de responsabilidad se centra en que los empleados se focalicen en conseguir los objetivos de negocio, acepten las prioridades y creen valor para la compañía y una buena experiencia de cliente.

Los mejores lugares para trabajar empezarán a incorporar las siguientes características:

  1. Líderes y Directivos: Emocionales, inspiradores y ejemplares. Sin dobles gorros ni con empleados con diferentes dependencias (jerárquica o funcional)
  2. Empleados: WISE Workers, con competencias digitales y emocionales, con capacidad de autoformación y de autoorganizarse. Es un líder de conocimiento para otros miembros de la empresa y un creador de valor con su trabajo diario.
  3. Espacios: se estilizan, se abren y se convierten en home-like spaces, sostenibles y agradables, pero también se deslocaliza dónde y cuándo los empleados tienen que trabajar.

En definitiva, estamos ante un nuevo cambio de orden empresarial que intenta responder con rapidez a las fuerzas la de la globo-digitalización, la protección de la salud, la sostenibilidad planetaria y el cambio de modelo social que recorre el mundo.

 

Ramón Cabezas
Autor de WISE Workers: Aumenta tu empleabilidad y conviértete en el empleado que adoran las empresas

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3 comentarios de “El nuevo talento de los WISE Workers
por Ramón Cabezas

  1. olga dice:

    Muy interesante el artículo, una muy buena reflexión, pero coómo cractaerística del empelado me gustaría mas la de la Capacidad de Aprendizaje que la de Formación.
    La priemera es constatnte y siempre está viva, es una manera de proyectarte en la vida independiemntemnte del ámbito en el que se esté, la segunda,Formación, no simpre depende uno mismo y generalmente es espóradico y accesorio.

  2. Carlos Muñoz dice:

    Buenas noches y muchas gracias por su aportación, me ha parecido muy interesante.

    Habría que preguntar a Hegel a que pasión se refería, quizás a la del sufrimiento, pues si repasamos las grandes obras de la humanidad no están exentas de la tenacidad de sus autores y de su capacidad de sobreponerse a los contratiempos y desventuras. Si por el contrario estoy equivocado y se refiere a la emoción vehemente que presentan algunas personas frente a circunstancias, proyectos o personas, la pregunta sería obligada a Hegel. ¿Y usted que hace cuando se acaba la pasión?

    Confieso que no tenía ni idea de los wise workers, y ahora que me doy cuenta y reflexiono pienso que hemos perdido a unos cuantos, inadaptados, egocéntricos, soberbios, materialistas, y un sin fin de adjetivos más, pero eso sí, sabios.

    Estoy de acuerdo en que esto cambia, lo primero que está cambiando son las nuevas generaciones en su incorporación a la economía, sus competencias digitales son de lo mejor y prácticamente nativas, pero se han perdido grandes capacidades y valores, la capacidad de análisis, la actitud crítica frente a uno mismo, la tolerancia a la frustración, la tenacidad y el sacrificio frente a la adversidad, el entendimiento de la palabra productividad, y sobre todo lo que más me preocupa, es el que se ha perdido el orgullo de empresa, el sentimiento de pertenencia, y la fidelización al proyecto común.

    Sobre el paradigma de las multinacionales tecnológicas y de sus enseñanzas, pues…, lo dejo para otro día porque tiene mucho que comentar.

    ¿Y qué decir de los espacios? Cuando la mayoría de los wise workers prefieren la habitación de casa con ventanas al patio, al entorno de trabajo compartido con compañeros, en medio de la naturaleza y dotado de esos common-gardens.

    No quiero terminar sin admitir que hay personas excelentes, entregadas y fieles a la causa común, con gran experiencia y conocimiento, pero desgraciadamente son pocas, y con estas…, aunque no lleguen a «wise», yo al menos con esa pasión de Hegel, a muerte con ellas.

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