“En la vida pasan cosas malas, es cierto. Pero la clave está en ver las cosas tal cual son y no peor de lo que realmente son”
Jordan Belfort

Os comparto un resumen de mi post de este mes en Huffington Post.

Realmente estamos ante una desescalada extraña, porque a diferencia de los habituales descensos en los que lo prudente es dejar de dar pedales, en esta, por el contrario, no podemos dejar de hacerlo.

Y así, a la máxima velocidad que nos permiten las imprescindibles medidas sanitarias, tenemos que volver a unos ritmos de actividad, aunque hayamos estado conectados y teletrabajando durante la cuarenta, que nos permitan volver a una normalidad (nueva o no) que impulse la economía y la sociedad.

Además, nos estamos dando cuenta que muchas de nuestras anteriores rutinas, por lo menos de momento, han cambiado y esto nos exige un esfuerzo adicional.
Pero también, es el momento para la reflexión y seguramente de poner en práctica muchas de las ideas que nos vinieron a la cabeza durante los meses de confinamiento.

¿Vamos a pedalear por la misma ruta? O por el contrario ¿vamos a redefinir el camino incorporando nuestras reflexiones, las lecciones aprendidas y las nuevas oportunidades?
No paramos de leer que estamos ante un momento clave para el futuro, que nos tiene que llevar hacia un nuevo paradigma, una nueva sociedad, un nuevo modelo económico, un renovado compromiso con el planeta.

Muchas personas sienten que, de algún modo, esta crisis ya les ha cambiado, porque volver no significa regresar al mismo punto.
No obstante, sorprende leer estadísticas en las que la población afirma, en un 40%, que la vida volverá a ser algún día como antes de la pandemia, sin duda parece más un deseo que una realidad.

Hay algunos aprendizajes que, si no los aplicáramos en el futuro, dejarían patente nuestra torpeza:

La solidaridad

Han sido innumerables las personas que han ayudado en la creación de materiales y con voluntariado en la repartición de alimentos, con donaciones a asociaciones o bancos de alimentos.
Ahora, en esta desescalada, en muchos casos las necesidades se han incrementado.

La paciencia

Hasta el más impaciente se ha dado cuenta que era una característica que poseía y no conocía. Paciencia para asimilar las noticias (momentos de malas noticias en las que no se adivina un final), para aprender nuevas formas de trabajar, para aceptar las medidas de confinamiento, etc.

El valor del compromiso

Particularmente creo que es la lección más importante que hemos aprendido.
La suma de los compromisos individuales es la que ha conseguido mantener los niveles de actividad en muchas empresas, la que ha logrado la baja crispación social en momentos de incertidumbre máxima y, por supuesto, la que ha permitido salvar un gran número de vidas.

La creatividad

Las redes se inundaron de ideas locas y divertidas.
Una creatividad que sigue siendo necesaria y combinada con las posibilidades de las nuevas tecnologías, tiene que convertirse en uno de los elementos clave para acelerar la recuperación.

La importancia de la información veraz

Aprender a identificar las fuentes correctas es un ejercicio intenso que hasta ahora, para muchos pasaba desapercibido y que la crisis ha puesto de máxima actualidad pasando a ser una de nuestra prioridades.

Mayor conciencia sobre la naturaleza

Hemos visto que, cuando el ser humano no la agrede, ésta recupera su verdadero esplendor. Ahora sabemos que es posible y que algunas medidas requieren una actuación contundente e inmediata. Tal vez sea una apreciación mía, pero ¿no os parece que ha crecido la población de pájaros en los barrios de las ciudades?

Que la tecnología es nuestra aliada

Nos ha permitido estar informados, comunicarnos, trabajar, comprar, jugar y … hasta celebrar nuestros cumpleaños.
La tecnología tiene que ser (y va a ser) protagonista en el presente de la desescalada y en el futuro. Cómo la aprovechemos es el gran reto y a la vez la gran responsabilidad a todos los niveles, ciudadanos, empresas y administraciones.

En definitiva, ¡a seguir pedaleando la desescalada! en la dirección adecuada, comprometidos con el futuro y sacándole chispas a la digitalización para seguir avanzando y progresando.

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Un comentario de “Una desescalada en la que no podemos dejar de pedalear

  1. Fernando Gómez de Calatrava dice:

    Adolfo, hablas de la importancia de la información Veraz, lo comparto 100%.
    Pero no me negarás que tenemos un problema cuando alguien puede publicar que el 40% de la población afirma que la vida volverá a ser algún día como antes de la pandemia.
    O miente deliberadamente porque quiere de alguna forma condicionar el futuro, o si es verdad la encuesta tenemos un problema de nivel educativo GRAVE.
    ¿Pero cuando la vida ha sido igual 6 meses o un año después de un día determinado? A la velocidad que va el mundo, en todos los ámbitos de la vida cambian (normalmente para mejorar) pero nunca vuelven atrás.
    Nada será igual a partir de ahora, y seguro que los cambios tanto personales cómo económicos serán para mejorar todos en el futuro.
    Estemos alerta a la información que recibimos, ya que cada día esa creatividad e ingenio que hemos percibido durante el confinamiento (basada en el gran talento de mucha gente) puede hacernos no distinguir las «fake» de las «true» news.
    Sigo dándole vueltas a la encuesta que comentas. NO PODEMOS SER TAN IGNORANTES en tan alta proporción !!!!

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